Este sábado 16 de marzo, a las 8 PM, se pudo ver en Chile la Parte I del documental Leaving Neverland de HBO, que relata los escalofriantes y demoledores testimonios de James Safechuck (41) y Wade Robson (36), dos hombres que acusan a Michael Jackson de haberlos seducido y abusado sexualmente durante años.

En la cinta dirigida por el británico Dan Reed y cuya primera parte dura más de dos horas, se presenta a estos dos hombres que confiesan no haber sido capaces de entender que lo de ellos se llamaba “abuso sexual”.

Incluso, en 2005, en los últimos años del juicio en contra de MJ por pedofilia, ellos declararon a su favor y fue una vez fallecido el cantante que iniciaron acciones legales y ahora están a la espera de la resolución de una apelación que presentaron luego de que su demanda fuera desestimada por estar fuera de plazo.

Y mientras que los defensores del “Rey de Pop” alegan oportunismo, en los relatos de Robson y Safechuck en la cinta hay otro buen grupo de personas que los apoyan.

Es gente del espectáculo, críticos de cine, medios de comunicación y el público de redes sociales, que creen en su palabra.

De hecho, conocido el documental, emisoras de radio australianas dejaron de tocar música de ex Jackson Five, y uno de los creadores de Los Simpson suspendió el capítulo en el que se escucha la voz del cantante.

Además, marcas como Louis Vuitton, sacaron de sus perchas las piezas inspiradas en prendas ícono del artista.

“Estaba completamente enamorado de él”

Lo que más impresiona de los testimonios es -según reconstruyen su pasado- es la precisión quirúrgica con que  dicen que Jackson se acercó a ellos y a sus familias para ganarse su confianza. A tal punto que al poco tiempo de conocerse, los padres de las niños les permitieron dormir con el artista pop.

El californiano James Safechuck (Jimmy) tenía 10 años cuando la estrella mundial del pop lo conoció cuando grabaron n aviso para Pepsi. Luego de eso, Jackson lo invitó a pasar a su camarín, donde mostró gentil y generoso y lo encandiló.

Algo similar le pasó a los padres del chico, que empezaron a acoger a Jackson en su casa, cuando -según cuenta la madre de James, Stephanie- éste les decía que se sentía solo y que en su casa no.

Hasta allá llegaba cenar e, incluso, se quedaba a dormir, algo que no sólo el chico de 10 años sino que la propia familia no podía creer.

“¡Qué suerte tenemos!”, fue la consigna familiar que empezó a resonar entonces en la vida de los Safechuck, que de la noche a la mañana empezó a visitar la casa del ídolo del pop y, además, a acompañarlo en la gira mundial del álbum Bad.  

Entonces no sólo empezó una relación con ellos, sino que una muy íntima con el chico, a quien Jackson llamaba a diario por teléfono y con el que empezaron a pasear de la mano cada vez que se veían.

Y según cuenta James, con el tiempo no sólo entablaron una amistad, sino que también un romance.

“Yo estaba completamente enamorado de él”, dice Safechuck en el documental, a medida que va reconstruyendo cómo fue que Jackson llegó a formar parte esencial de su infancia.

Nace un amor “desesperado”

Según cuenta Safechuck, Jackson no sólo lo inició sexualmente enseñándole a masturbarse y a besarlo, sino que lo sedujo al punto de enamorarlo. “Cuando no estaba con él, sólo pensaba en él”, confiesa el hombre hoy de 41 años.

En los registros audiovisuales de las giras con el cantante pop, en plenos años 90, se ve al chico seguirlo a todos lado, siempre de la mano, y actuando en sus shows o divirtiéndose en algún lugar.

Y tenían códigos mientras paseaban de la mano, cuenta Safechuck: “Él me rascaba la mano y esa era señal de un pensamiento sexual”.

Cuando no estaban de gira, estaban en el rancho de Neverland o en su departamento Hideout de Westwood, en Los Angeles, donde ocurrían sus encuentros sexuales con frecuencia según se relata en la cinta.

James cuenta, además, que usaban varias camas, pues en el caso de Neverland las había en todos lados, además de juguetes alrededor.

“Éramos como una pareja casada”

Aunque primero intimaban de noche, según cuenta Safechuck, luego lo hacían de día. Incluso -dice- él dejaba campanillas en el piso para que en caso de que alguien se acercara donde ellos estaban, le sirviera de alarma.

“Sonará enfermizo, pero es como cuando conoces a alguien y lo haces a cada rato”, cuenta James con un tono calmo pero no ajeno a cierta vergüenza y su propio estupor.

Siendo niño, el protagonista dice que nunca se sintió incómodo con lo que pasaba, ni siquiera cuando las relaciones íntimas entre ambos fueron subiendo de tono, con pornografía incluida y juegos eróticos varios. 

Porque cuenta que Jackson le decía que lo amaba de esa manera y al chico le parecía una forma muy normal de expresar amor. Y más todavía si la madre lo avalaba.

En medio del documental, James desliza palabra “infatuación”, pues luego de someterse a terapia. Eso fue, dice, porque se dejó llevar por una pasión irracional hacia el ídolo musical, a tal punto, que se sintió feliz cuando -dice- el astro simuló una ceremonia en que ambos se casaban.

El capítulo termina con un fuerte testimonio de este hombre, que lleva un anillo de casado. Dice que la relación la cortó Jackson cuando encontró a otro chico.

“Él me dijo que me amaba y que Dios nos había juntado”

Cinco años tenía Wade Robson cuando Michael Jackson llegó a Brisbane, Australia, para dar un concierto en el marco de su gira por el disco Bad.

El chico sabía todos sus pasos y cuando una tienda de retail organizó un concurso para ganarse unas entradas para el concierto de Jackson en la ciudad, Wade se las ganó con creces porque cautivó a todo el público presente en la tienda

Después del concierto alguien arregló un encuentro entre él y su familia y la estrella del pop mundial. Era un sueño para el chico conocer a su ídolo.

Tan talentoso era Wade en el baile, que cuando hizo una audición en una escuela de baile en Brisbane, se ganó unos pasajes a Disneylandia, y se fue con toda su familia.

Allá, tomaron contacto con Jackson, quien lo recibió en el estudio donde uno de sus álbums. A los pocos minutos, el cantante estaba invitándolos a todos a Neverland. Y allá partieron.

Fue tanta la impresión y en entusiasmo que sintieron al ver la mansión, el parque diversiones y la especie de zoológico que Jackson tenía en el lugar, en California, que autorizaron a Wade y su hermana Chantal para dormir junto a Jackson. 

Según Joy Robson, la madre de Wade y quien también presta testimonio en el documental- Jackson les ofreció ir a pasear y dejarle al chico de 7 años con él, en Neverland.

Y así fue. Y Robson, hoy de 36 años, cuenta que esa noche empezaron las primeras tocaciones —no agresivas como relata- y, por eso, le parecieron normales. “A nosotros nos unió Dios… y así es como nos demostramos nuestro amor“, cuenta que le decía el cantante.

De entonces en adelante, todo escaló rápidamente, porque según cuenta el protagonista, comenzaron las duchas juntos y el sexo.

Y a medida que entrega detalles escabrosos, el hombre de 36 años, mueve la cabeza y cierra los ojos para poder continuar relatando la historia.

Niños que se sucedían unos a otros

Fuerte es el capítulo en que ella misma cuenta cómo dejaron todo en Brisbane —al padre de Wade recién diagnosticado de bipolaridad, al hermano y los abuelos— para ir junto a Wade y a su hermana Chantal, en busca de su sueño: hacer una vida y carrera junto a Michael Jackson en Los Angeles, California.

Sin embargo, todo ese anhelo se vino abajo cuando apenas llegaron, el artista no los contactó ni pagó sus cuentas ni hizo más intento que cuatro veces de acercarse a ellos. Sí se vieron con el chico, pero esporádicamente.

Eso hasta que no lo hicieron nunca más, cuando el Rey de Pop ya había empezado a salir de gira con otro chico: Macaulay Culkin. Y fue entonces cuando recién el mundo de los Robson se vino abajo.

Mira la primera parte del documental en HBO GO.

¿Quieres ver más? Mira los detalles de la segunda parte del documental en esta nota.