El nombre de Kevin Hart se ha convertido en símbolo de Netflix, gracias a títulos como Paternidad y Tiempo para mí. Un sitial que reafirma con Lift: un robo de primera clase.
La comedia de acción y suspenso que se une al listado de realizaciones que el comediante estadounidense ha hecho con su productora, HartBeat, para el servicio de streaming.
Un conjunto de películas y series, que también incluye a Una historia real y El hombre de Toronto, y ahora suma la cinta dirigida por F. Gary Gray (Straight outta Compton).
En la que además de cumplir el rol de productor, Hart se reserva el rol principal de Cyrus Whitaker, un ladrón internacional que lidera una banda especializada en grandes atracos.
La que está compuesta por especialistas de diferentes rincones del mundo y se enfoca en el robo de obras de arte, en especial las de artistas clásicos, aunque harán una excepción.
Cyrus y compañía parecen lograrlo
Ya que para su próximo y elaborado golpe han puesto la mirada en la obra de N8 (Jacob Batalon), un artista digital que colocará en el mercado su última pieza en Venecia.
La que será rematada en una cita a la que acude Cyrus y que está siendo vigilada de cerca por agentes de la Interpol, encabezados por la británica Abby Gladwell (Gugu Mbatha-Raw).
Quien además conoce al sospechoso, ya que tuvieron un breve affaire en París sin conocer sus reales ocupaciones, y ahora está decidida a atraparlo con todos sus secuaces.
Entre los que se cuentan la hacker Mi-Sun (Kim Yoon-ji), la piloto Camila (Úrsula Corberó), el experto en cajas fuertes Magnus (Billy Magnussen) y el ingeniero Luke (Viveik Kalra).
Sin olvidar a Denton (Vincent D’Onofrio), un “maestro” del disfraz que es atrapado por Abby cuando el plan había salido casi perfecto, lo que obliga a Cyrus a hacer un trato.
Un plan elaborado y arriesgado
En el que, a instancias del jefe de la agente, Huxley (Sam Worthington), él y su grupo deberán ayudar a detener a Lars Jorgensen (Jean Reno) y el ataque terrorista que prepara.
Para lo cual deberán apoderarse de US$ 500 millones en lingotes de oro que este banquero algo desquiciado planea transportar en avión de Londres a Zúrich, para efectuar un pago.
Ante lo que la banda de ladrones deberá elaborar su estrategia más sofisticada hasta el momento, sumando a Abby a su planificación y posterior puesta en marcha.
Lo que incluirá un aparato para interferir una señal aérea, el infiltrar una torre de control, abrir una caja fuerte a 40.000 pies de altura -unos 12 mil km- y apostar por la buena suerte.
Y como esta es una comedia de acción y bastante fantasía, las cosas se pondrán difíciles para Cyrus y compañía, pero finalmente su maestría criminal rendirá bastantes frutos.
Aunque tal vez no tanto como esperaban, en un relato con camaradería, entretención y escenas a lo Misión imposible, que hacen pasar un buen momento al espectador.