Los pecados de nuestra madre: la impactante docuserie de Netflix donde el fanatismo conduce a la tragedia
Skye Borgman (Acabo de matar a mi padre) retorna al streaming con el documental que en tres capítulos revive la historia de la estadounidense Lori Vallow y cómo su torcida religiosidad afectó a sus hijos menores.
Gracias al streaming, el documental sumó adeptos, especialmente a través de la modalidad serial. A la cual pertenece Los pecados de nuestra madre, con tres capítulos centrados en una oscura realidad familiar.
La que se muestra en la bien elaborada narración dirigida por Skye Borgman, quien desde 2017 ha ofrecido a través de Netflix aplaudidos documentales, como Abducted in plain sight y La niña de la foto.
A los que se agrega la más reciente Acabo de matar a mi padre, docuserie que revive el caso de Anthony Templet, el chico de 17 años que en junio de 2019 asesinó a su progenitor con tres disparos.
Un drama criminal que sirve de preámbulo a otro relato donde la realidad supera a la más retorcida ficción: la historia de Lori Vallow, quien hoy está en una cárcel de EE.UU. esperando condena.
Pero las imágenes iniciales se enfocan en un hombre que no puede comunicarse con sus hijos de seis y medio y 16 años, por lo que llamó a la policía y los lleva hacia la casa en que ellos viven.
Para que poco después, teniendo como entrevistado al hijo mayor de Vallow, Colby Ryan, se comience a desarrollar el relato de tres emisiones que expone cómo desaparecieron J.J. y Tylee.
El fanatismo que gatilló la pesadilla
La adolescente y el pequeño de casi siete años a los que se refería Charles Vallow en la escena inicial del primer episodio, cuando la desesperación lo hizo llamar a la policía para saber sobre ellos.
Los mismos inocentes que enfrentaron un destino oscuro relacionado con la religiosidad de Lori, la que surgió en su infancia y se acrecentó luego de que su tercer marido, y padre de Tylee, abusó de Colby.
Una espiritualidad marcada por visitas celestiales, que se torció totalmente cuando conoció a Chad Daybell y sus enseñanzas vinculadas de forma lejana con la Iglesia de los Santos de los Últimos Días.
Las que hablaban de los 144.000 elegidos para ir a la nueva Jerusalén, pero también de demonios que convertían a las personas en zombis y que debían ser eliminados para liberar sus almas.
“Poseídos” entre los que se contó Charles y también J.J. y su hermana Taylee, como lo expone el documental de forma cronológica y usando de forma simple y precisa los flashbacks.
Lo que concreta por medio de entrevistas y material de archivo, dando vida a un relato conmovedor y sorprendente que revela cómo el fanatismo despierta el lado más oscuro de las personas.
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