Fue en 2018, gracias a la presión de sus miles de fanáticos en las redes sociales y la oportuna intervención de Netflix, que Lucifer y su serie revivieron en el streaming luego de que Fox, su canal original, canceló el espacio después de su tercera temporada.
Una especie de resurrección televisiva que además permitió que espectadores de diferentes partes del mundo conocieran al personaje nacido como un secundario en las páginas del cómic The Sandman, de Neil Gaiman, encarnado en pantalla por el actor galés Tom Ellis.
Sin embargo, todo llega a su fin y en 2020 se confirmó que la sexta temporada del espacio también sería la final y sus diez capítulos concluyen el largo recorrido de la producción creada por Tom Kapinos, con Lucifer Morningstar y compañía diciendo el adiós definitivo.
Una entrega que lleva por un agridulce recorrido donde nuevamente se mezclan las investigaciones policiales con las vivencias de sus protagonistas en la ciudad de Los Angeles, que se inicia poco después de los hechos conocidos en el cierre del quinto ciclo.
Cuando Dios (Dennis Haysbert) decidió abandonar su trono en la Ciudad Celestial para vivir con su esposa en otro universo, dejando en manos de Lucifer y su hermano Amenadiel (D.B. Woodside) la elección de quien sería su heredero y el nuevo Todopoderoso.
Así, después de una batalla entre sus hijos alados, divididos entre los seguidores de Lucifer y los de su hermano gemelo Michael (el mismo Ellis), fue el carismático protagonista del espacio quien se convirtió en el nuevo encargado del Cielo y de cuidar a los humanos.
El personaje celestial que se suma a la trama
Una condición a la que algunas semanas después Lucifer sigue acostumbrándose con el irrestricto apoyo de su amada Detective Decker (Lauren German), a quien ahora llama simplemente Chloe, mientras el resto de los protagonistas también encaran desafíos.
Como Eva (Inbar Lavi) y Mazikeen (Leslie-Ann Brandt), o Maze, que después de una discusión en casa de Linda (Rachael Harris) deciden casarse, o Amenadiel, que ha inició su instrucción para ser policía, inspirado por el desaparecido Dan (Kevin Alejandro).
Y es precisamente este último quien sufre un gran cambio: deja su encierro infernal y vuelve entre los humanos, pero como fantasma, por la intervención de un nuevo personaje: la enojada y joven ángel llamada Rory (Brianna Hildebrand) que quiere matar a Lucifer.
Al mismo tiempo que Chloe y su celestial novio, aunque ya no sean parte de la policía, ayudan a solucionar algunos asesinatos a su amiga forense Ella (Aimee García) y al recién llegado detective Corbett (Scott Porter), como los de un mago y una Drag Queen.
Sin embargo, en esta temporada final el suspenso policial se va diluyendo a medida que pasan los episodios, cediendo su lugar al conflicto que genera la llegada de la celestial Rory y también al peligro que puede ocasionar al mundo que Lucifer no asuma su rol como Dios.
Además de ingredientes adicionales, como un segmento animado al estilo “cartoon” y varios números musicales a cargo de su personaje principal, que por algunos momentos harán olvidar a los espectadores que están viendo la temporada final de su serie. Cuya conclusión es mejor enfrentar con algunos pañuelos a mano.