Aunque ya tiene 24 años de edad, a Chloë Grace Moretz la siguen recordando por roles como el de la pequeña Hit-Girl de Kick-Ass. Sin embargo, su papel de mamá primeriza en Madre/Androide con seguridad ayudará a que la relacionen con personajes más maduros.

La cual es el centro del primer largometraje como director de Mattson Tomlin, quien hasta el momento se ha hecho conocido por los guiones de Proyecto Power y Little Fish, el que primero debutó en Estados Unidos a través de Hulu y hoy llega al mundo vía Netflix.

Una mezcla de drama y ficción, de casi dos horas de duración, que se ubica en un futuro cercano. Específicamente en la Nochebuena en que Georgia Olsen (Moretz) comprueba con varios tests que está embarazada, junto a su novio Samuel “Sam” Hoth (Algee Smith).

Lo que claramente incómoda a la pareja, pero no les impide asistir a una fiesta con amigos. Aunque algo extraño sucede antes de salir de casa de los padres de Georgia: su androide de servicio, que existe en todas las casas, les desea feliz Halloween en vez de Navidad.

Un detalle que será el preámbulo de una falla técnica general que primero afecta a los teléfonos celulares y luego a los robots que trabajan para los humanos. Los que se vuelven contra sus patrones y comienzan a atacarlos violentamente para quitarles la vida.

Una crisis que afecta a Estados Unidos y a casi todo el mundo -a excepción de Corea-, y que deja a Sam y Georgia entre los pocos sobrevivientes de la arremetida androide, obligándolos a buscar refugio lejos de ciudades arrasadas, como ocurrió con Nueva York.

En busca del refugio en Boston

Tiempo después, con ya nueve meses de embarazo, Georgia se oculta junto a Sam en el bosque, lejos de las carreteras donde los podrían descubrir los robots. Sin embargo, la meta de la pareja está lejos, en Boston, donde supuestamente existe un refugio para las familias.

Y es en camino a Nueva Inglaterra, en medio de una zona boscosa, que descubren un asentamiento militar, donde son admitidos luego de comprobar con una rápida prueba sanguínea que no son androides y la joven embarazada es atendida por una doctora.

El lugar ideal para que ella traiga al mundo a su hijo o hija bajo supervisión médica. Pero la ilusión dura poco, ya que son expulsados de la base después de que Sam es parte de una pelea con un agresivo soldado, que, si ganaba, sería su pasaje para llegar a Boston.

De nuevo en el bosque y con Georgia molesta con Sam, encuentran una casa donde se guarecen. Aunque no por mucho, ya que él arregla una moto que hay allí para escapar, porque su hijo/a está a punto de nacer y sus llantos llamarían la atención de las máquinas.

Una decisión que los enfrentará a varios otros peligros, un hombre que asegura haber encontrado la forma de hacerse invisible a los androides y una lacrimógena despedida. La mezcla de drama, ficción y malas decisiones que logra mantener la atención del público.

Lo que se contrapone a un hecho esencial: la poca figuración de los antagonistas principales de Madre/Androide, los autómatas, y lo deficiente de su maquillaje y efectos especiales. Aunque finalmente Moretz hace olvidar las deficiencias gracias a su sólida actuación.

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