Después de entregar su versión de Nace una estrella, Bradley Cooper retorna al rol de director con Maestro, donde además se reencuentra con el mundo de la música.
Pero ya no desde el ámbito de la ficción, como lo hizo en la cinta sobre fama y celos con Lady Gaga, sino que enfocado en la biografía de Leonard Bernstein (Amor sin barreras).
El famoso compositor y director de orquesta -por nombrar dos de sus talentos- que, junto a su genialidad, su ego y su complicada vida amorosa, se convierte en el eje de una película.
Lo que Cooper realiza dándole el co-protagonismo a Felicia Montealegre, la actriz y activista costarricense-chilena que fue su esposa por 25 años, con una complicidad remarcable.
En una relación donde Felicia tuvo que acostumbrarse a convivir con el talento y personalidad sin freno de Bernstein, como también con sus affaires con otros hombres.
Lenny conoce a Felicia Montealegre
Lo que Cooper, reafirmando que Nace una estrella no era solo la obra de un principiante con suerte, realiza con gran ritmo y una cinematografía, estética y narrativa remarcables.
Una opción palpable desde el inicio de la cinta, cuando un septuagenario Bernstein (Cooper) se refiere a su esposa en una imagen a todo color, para luego pasar al blanco y negro.
Un cambio cromático -acompañado además de la variación de la proporción de la pantalla- que da paso al momento que definió la carrera de un joven Leonard o Lenny.
Cuando dirige por primera vez como titular a la Orquesta Filarmónica de Nueva York luego de que se enferma Bruno Walter, brillando en el podio, como lo hace notar toda la prensa.
Con lo que los años 40 son una década esencial para él en lo profesional, pero también en lo personal, ya que en una fiesta conoce a Felicia Montealegre Cohn (Carey Mulligan).
De la comprensión a la amargura
Con quien se produce una conexión inmediata, clave en la relación que los lleva al matrimonio, mientras él se mueve entre la composición de musicales y la conducción orquestal.
Cuando dan el gran paso de formar una familia con tres hijos, sin importar el otro lado afectivo de Bernstein, después de que ella le asegura: “yo sé a la perfección quién eres”.
Una comprensión que se opaca con la amargura que surge con el correr de los años, debido a las relaciones extramaritales de su marido en su extensa biografía como pareja.
Aunque lo que queda finalmente es la complicidad y el amor de Felicia, claves en el camino que llevó a Lenny a ser una de las grandes figuras de la escena musical estadounidense.
En el corazón de una de las grandes películas del 2023, que reafirma a Cooper como realizador además de intérprete, sin importar la nariz prostética que usa para su papel.
Sin olvidar que en este resultado también son esenciales la impecable actuación de Mulligan y la utilización de las mismas composiciones de Bernstein como su banda sonora.