Luego del éxito de audiencia de El juego del calamar y la aplaudida inclusión a su oferta de Rumbo al infierno, Netflix sigue apostando por las series surcoreanas originales y de elevado nivel de producción, y concluye el año con el estreno de Mar de la Tranquilidad.
Un producción creada y dirigida por Choi Hang-yong, en base a su cortometraje homónimo, que se divide en ocho episodios marcados por la ciencia ficción y el suspenso, y cuyo elenco incluye a actores como Bae Doona (Kingdom) y Gong Yoo (Estación zombie).
Ellos son los protagonistas de la historia que se ambienta en un futuro cercano, cuando la Tierra está desertificada, ya que se secaron ríos y mares alrededor del planeta, y el consumo de agua contaminada ha elevado el nivel de enfermedades a nivel mundial.
Donde este elemento es un bien preciado y al alcance de unos pocos, como en Corea del Sur, donde el Comité Nacional de Medidas de Supervivencia Humana se encarga de distribuirlo, haciendo diferencias entre las clases sociales y niveles profesionales.
Pero los primeros minutos de la serie están centrados en los preparativos que la Administración Espacial y Aeronáutica surcoreana realiza para concretar la misión que enviará a la Luna, específicamente a la Estación de Investigación Lunar Balhae.
Un centro de investigación donde hace cinco años ocurrió una tragedia que cobró las vidas de los 117 miembros de su tripulación a causa de la radiación. Al mismo lugar al que ahora viajará el grupo de astronautas y científicos liderado por el Capitán Han Yunjae (Gong Yoo).
Un oscuro experimento en torno al agua
Pero el alunizaje, como ya lo revelaron los segundos iniciales del primer capítulo, es bastante accidentado y pone en riesgo las vidas de quienes viajaban a bordo de la nave Nuri 11, causando la posterior muerte de uno de ellos al perforársele un pulmón.
Sin embargo, el resto del equipo logra llegar a la Estación Balhae, haciendo funcionar la electricidad y los sistemas de respiración y ventilación, aunque no el de comunicación, para iniciar la búsqueda de muestras, de algo que nadie sabe realmente qué es, en tres depósitos.
Al mismo tiempo que la Dra. Song Jian (Bae Doona), quien es parte de la misión por su reconocido trabajo en astrobiología, trata de saber lo qué pasó realmente allí hace cinco años y cobró la existencia de su hermana, un hecho que sus compañeros desconocen.
El cual, como lo revelan algunos de los muchos flashbacks que forman parte del relato, se relaciona con una base de datos conocida como Luna. Pero esta es solo uno de las interrogantes en torno a la misión lunar que se torna cada vez más peligrosa y mortal.
Donde algunos esconden sus intenciones y se descubre que la estación alberga los cadáveres de quienes murieron hace cinco años -no precisamente por radiación-, y que existe alguien entre las sombras y un extraño experimento relacionado con el agua.
Los misterios y revelaciones en torno a Mar de la Tranquilidad, la nueva serie surcoreana de Netflix que logra enganchar al espectador gracias a su elenco y su buena mezcla de suspenso y ficción, pero que por momentos se torna demasiado lenta y algo monotemática.