Fue en 2017 que debutó en Reino Unido la serie Liar, obteniendo una inmejorable recepción por parte de la crítica. Cinco años después, llega a Netflix el remake español de la misma que, bajo el nombre de Mentiras, revive la trama de la creación de Harry y Jack Williams.
Una producción de Atresmedia Studios que en seis episodios revisita la historia que originalmente se conoció a través de la BBC, donde la profesora de Literatura Laura Nielson (Joanne Froggatt) acusaba al cirujano Andrew Earlham (Ioan Gruffudd) de haberla violado.
Pero en la realización hispana la costa de Kent del programa original se reemplaza por Palma de Mallorca y su protagonista también se llama Laura (Ángela Cremonte), pero ahora se apellida Munar y enseña lenguaje en una secundaria de la isla.
La misma que se dedica en cuerpo y alma a su trabajo, luego de que terminara con su novio de 13 años, Iván (Miquel Fernández). Pero un día decide cambiar su rutina y acepta la invitación a cenar que le hace Xavier Vera (Javier Rey), un viudo y respetado cirujano local.
Quien además de atractivo es padre de Lucas (Óscar Ortuño), uno de los chicos a los que enseña Laura en el instituto, por lo que la cita está muy bien espectada. Sin embargo, a la mañana siguiente la joven profesora se despierta en su cuarto sintiéndose muy mal.
No solo se encuentra muy mareada, sino que solamente tiene borrosas imágenes de lo que habría pasado la noche anterior. Una falta de memoria y malestar físico que la hace sospechar de algo peor: que quizás quien la invitó a salir abusó de ella.
Un relato dividido en dos versiones
Ante lo cual, le pide a su hermana Cata (Manuela Velasco), quien trabaja como anestesista en el mismo hospital que el médico, que la acompañe a ver a una forense, tras lo que hace la denuncia. Así, ante la policía, Laura acusa a Vera de haberla atacado sexualmente.
Una grave afirmación que lleva a los inspectores Daniela Bauzá (Itziar Atienza) y Víctor Silva (Paco Tous) a que comiencen de inmediato a investigar los hechos en torno a lo que realmente ocurrió. Por lo que deben interrogar a Vera en el cuartel policial.
Pero el médico, que cría solo a su hijo, afirma que nunca la obligó a acostarse con él y que todo lo que ocurrió fue consensuado. A lo que se suma el que luego se descubra el historial de la docente, que incluye una denuncia por acoso y problemas psicológicos.
Con casi todo contra su palabra, Laura investiga por su parte a Vera, descubriendo cosas oscuras en torno a la muerte de su esposa, que fue catalogada como suicidio. En una sucesión de actos que emprende la profesora ante la impunidad que la rodea.
Al mismo tiempo que el cirujano se escuda en su imagen de padre y ciudadano modelo, por lo que la narración está constantemente dividida entre sus alejadas versiones. Dos miradas a un mismo instante, donde finalmente es el espectador quien tiene la última palabra.
Y eso es precisamente lo más interesante de Mentiras: el mantener la objetividad de lo que está relatando, haciendo que en momentos se dude sobre quién está diciendo lo cierto, en un juego marcado por el drama, el suspenso y la búsqueda de verdad.