A casi un año del estreno de Maleficio en Netflix, con su estilo de documental falso, otra película taiwanesa enfocada en lo paranormal debuta en su servicio: Mi boda con un fantasma.
Aunque esta vez su trama combina lo espectral con la comedia en la historia dirigida por Cheng Wei-hao, que debutó en su país de origen en febrero para ahora llegar al mundo vía streaming.
Con lo que el público de diferentes lugares puede conocer una de las cintas más populares en Taiwán en el último tiempo, que logra entretener a pesar de sus dos horas de duración.
Una extensión que por momentos se hace sentir, pero se compensa por la química entre sus protagonistas y su mensaje final sobre aceptación y nuevas oportunidades.
El que complementa el humor con el suspenso criminal, que también son parte de una historia que se inicia cuando Wu Ming-han (Greg Hsu) trabaja de manera encubierta.
Un inesperado matrimonio fantasma
Un caso donde este joven oficial de la policía va tras los pasos de un drogadicto, pero se deja llevar por su homofobia e imprudencia, y termina haciendo uso excesivo de la fuerza.
Lo que provoca que a Ming-han lo separen de su equipo y relegen a una comisaría como castigo, al mismo tiempo que un sobre rojo que recogió en la calle lo expone a algo inusual.
Ya que este sobre fue dejado por una anciana esperando que el destino encontrara al novio ideal para su nieto fallecido, asegurando su felicidad inmortal con el ritual del “matrimonio fantasma”.
El que si no es aceptado por la persona que fue elegida puede condenarla a una mala suerte interminable, que en el caso de Ming-han se traduce en un atropello y una bala loca.
Ante lo que el protagonista accede a “casarse” con Mao-mao (Lin Po-Hung), como se llamaba el veinteañero desparecido, y las cosas se complican todavía más en vez de mejorar.
Las cosas se complican para Ming-han
Porque su nuevo esposo se aparece ante él como fantasma, asegurándole que debe ayudarlo a concretar las cosas que dejó sin terminar para que su alma pueda reencarnar.
Entre lo que se cuenta el descubrir quién fue el culpable de su atropello, una meta que Ming-han tratará de alcanzar como policía y extrañamente se relaciona con otra investigación.
La que involucra al narcotraficante Lin Hsiao-yuan (Tsai Chen-Nan) y a compañeros del policía como la joven oficial Lin Tzu-ching (Gingle Wang) y el jefe Chang (Ma Nien-Hsien).
Los que son parte de un complicado caso donde Hsiao-yuan siempre se sale con la suya, al parecer con la ayuda de un infiltrado en el mismo cuerpo policial.
Al mismo tiempo la amistad entre Mao-mao y Ming-han comienza a florecer, y este último cambia su visión en torno a los gais y las diferentes opciones de vida.