Aunque ya había escrito una novela dramática, fue con su thriller Mi dulce niña que Romy Hausmann se hizo conocida. El mismo libro que con título de Mi querida niña se convierte en serie.
La cual fue concebida como un espacio original de Netflix por Isabel Kleefeld y Julian Pörksen, y en seis episodios combina el suspenso psicológico con el drama .
En los que las páginas del volumen de Hausmann se transforman en un relato intenso y complejo, que se mueve por lo criminal, la psicopatía y el abuso a niños y mujeres.
Lo que hace de esta miniserie alemana una producción para el público con criterio formado, que además sea seguidor de los misterios bien formulados.
En la que se conoce una historia con varios protagonistas, pero un nombre en común: Lena, la hija de un matrimonio de Düsseldorf que desapareció hace 13 años.
El accidente que despierta sospechas
Una figura que se relaciona con la mujer y los niños que aparecen en los primeros minutos del relato de Mi querida niña, encerrados en una “casa” con sus ventanas tapadas.
Los que pronto se sabe que son los pequeños Hannah (Naila Schuberth) y Jonathan (Sammy Schrein), y su madre, que también se llama Lena (Kim Riedle), que reacciona asustada.
Ya que la visita de un hombre, al que los niños se refieren como papá y le deben mostrar sus manos para comprobar que están limpias, pone en alerta a la mujer que ha sido golpeada.
Pero lo peor está aún por venir, ya que luego de que Lena logra escapar de su reclusión, corre por un bosque y es atropellada, siendo trasladada junto a Hannah a un hospital.
Lugar donde será operada de urgencia, mientras la niña, que asegura tener 12 años y es muy despierta, queda al cuidado de una enfermera que repara en su actitud muy extraña.
Un caso peor de lo imaginan
Sin embargo, esto es solo la punta del iceberg de lo que vendrá y que también involucrará a Matthias (Justus von Dohnányi) y Karin (Julika Jenkins), quienes aún buscan a su hija Lena.
Como también al detective Bühling (Hans Löw), quien comenzó con la indagación de ese caso, pero aún carga con la culpa de no haber hallado a la jovencita en todos estos años.
Además de a su colega Aida Kurt (Haley Louise Jones), quien llega a la historia como la policía que debe investigar el atropello de Lena, pero sospecha que oculta algo peor.
Algo de lo que se van dando pistas paulatinamente e involucra la manipulación psicológica a la que los niños y Lena fueron expuestos por el supuesto padre de su familia.
Una figura oscura que se convierte en el objetivo de la investigación criminal de esta intensa serie, cuya identidad no se conoce hasta su inesperado final.