Entre las mayores incógnitas de la humanidad, la existencia de vida en otros planetas siempre ha sido una constante, inspirando libros, series, películas y documentales. Último género al que ahora se suma la miniserie original de Netflix, Mundos alienígenas.
Un espacio de la productora británica Wall to Wall e que se inspira en el descubrimiento astronómico, solo en las últimas dos décadas, de miles de planetas fuera de nuestro sistema solar, que abrió aún más las posibilidades de vida alienígena.
Y tomando como base este último punto, a través de sus cuatro episodios -de alrededor de 40 minutos cada uno-, la docuserie invita a descubrir cómo podrían ser esas criaturas extraterrestres y cómo también se alimentarían, reproducirían y evolucionarían.
Como su narradora, la actriz Sophie Okonedo, lo afirma: el Universo es “un vasto lienzo para la evolución de la vida”, existiendo por lo menos un planeta por cada estrella que está en él. Miles de millones de exoplanetas que están más allá de nuestro sistema solar.
Y para indagar en la posibilidad de existencia en esos lugares, el espacio combina la ficción con la experiencia de científicos y expertos en diferentes áreas, desde astrofísicos hasta un parapentista y un halconero, pasando por biólogos y entomólogos, entre otros.
A lo que se suma el trabajo de documentalistas y animadores digitales, para imaginar cómo podría ser la existencia en esos desconocidos planetas, aplicando lo que se sabe acerca de la vida en la Tierra. Cómo se expone en su primer episodio titulado Atlas.
Recorriendo cuatro exoplanetas
Una capítulo centrado en un planeta imaginario que poseería el doble de tamaño y de gravedad que la Tierra, pero que se inicia ni más ni menos que el norte de Chile, específicamente en el observatorio Paranal, donde trabaja el astrofísico suizo Didier Queloz.
Es el ganador del premio Nobel por descubrir el primer planeta fuera del planeta solar quien tiene la misión de explicar cómo él y sus colegas logran hacer este tipo de hallazgos: observando pequeñas disminuciones de la luz delante de las estrellas más lejanas.
Después la narración vuelve a Atlas, cuya fuerte gravedad provoca una atmósfera más densa, donde flotan cientos de semillas de su vegetación. Las mismas que sirven de alimento a los pastadores aéreos, herbívoros gigantescos de seis alas.
Estas tendrían como sus depredadores a criaturas que se elevarían gracias a gases en la parte superior de sus cuerpos y que atacan a sus víctimas de la misma forma cómo lo hacen los halcones en la Tierra al ir volando tras su presas.
Luego vendrían “visitas” a Janus, con un sector muy caluroso y otro congelado; Edén, que con sus dos soles es perfecto para la vida, y Terra, hogar de una super avanzada especie que al ver que su sol podría quemar el planeta debe buscar uno nuevo para habitar.
Un fascinante, colorido, didáctico y, en momentos, conmovedor recorrido más allá de nuestro sistema planetario, que convierte a Mundos alienígenas en una imperdible adición a los documentales de Netflix, que hace volar la imaginación y amplía nuestro conocimiento.