La suma de jóvenes y un campamento no augura nada bueno para los protagonistas de una película. La misma combinación se repite en Nadie duerme en el bosque esta noche, una realización hecha por Netflix Polonia y que hoy debuta mundialmente en la plataforma.
Pero los adolescentes no ocupan los minutos iniciales de la cinta, sino un cartero que visita una casa en medio de la foresta. Tras llamar a su puerta, escucha un lamento que lo hace asomarse al subterráneo, hasta donde es arrastrado violentamente.
Luego de esta impactante escena, la acción se sitúa 30 años después, en la Polonia actual, cuando un bus viaja en medio del bosque. Todos sus pasajeros se dirigen al campamento Adrenalina, donde tratarán de dejar su adicción por la tecnología.
Después de entregar sus celulares y computadores, son divididos en grupos. Uno de estos lo conformarán Zosia (Julia Wieniawa), Julek (Michael Lupa), Aniela (Wiktoria Gąsiewska), Bartek (Stanislaw Cywka) y Daniel (Sebastian Dela).
Cinco adolescentes muy distintos entre sí -desde la reservada Zosia al sabelotodo Daniel, pasando por la desinhibida Aniela- que tendrán como guía de su aventura a Iza (Gabriela Muskala), quien los ayudará a olvidar internet y las redes sociales mientras acampan.
De forma paralela, en la misma casa rural que se conoció al principio de la película, la anciana que ha mantenido oculto a un hambriento y monstruoso ser en su sótano, sufre un accidente y éste queda en libertad.
Adolescentes en problemas
Así, con los inexpertos campistas y la insaciable criatura fuera de su refugio, Nadie duerme en el bosque esta noche se va adentrando en una trama predecible y con profusión de escenas de asesinatos, sangre y restos humanos.
Temas esenciales en toda cinta slasher -el subgénero del terror con psicópatas y adolescentes- que se precie, en especial para un largometraje que fue promocionado como “la primera película polaca slasher”, antes de ser estrenada en marzo.
Y como tal, tiene lo necesario: jóvenes que llegan a un campamento, el asesino en serie que va tras ellos -que no es uno, sino dos hermanos que tuvieron un extraño accidente con un meteorito-, varios adultos inútiles y muchas malas decisiones.
La mezcla usual para toda película del mencionado subgénero, que acá tiene como escenario los bosques de Polonia, pero en todo momento deja claro que su inspiración son los filmes estadounidenses, como la clásica Viernes 13 y su Jason Voorhees.
La que también suma a su historia humor negro y algo de sexo, para componer un relato sin mayores ambiciones. Este solo busca entretener al público ya mayor y fanático del género de terror, que habita en cualquier rincón del mundo.
Una interesante adición al catálogo de la plataforma y a su oferta polaca -como la serie Símbolos y el thriller Hater-, que además llega en el momento preciso: a días de un nuevo Halloween y como seria candidata a ser vista con amigos en la modalidad Netflix Party.