Casi un año después del debut de Una sombra en mi ojo, llega también a Netflix otra cinta ambientada en Escandinavia que revela un pasaje poco conocido de la Segunda Guerra Mundial: Narvik.
La realización dirigida por Erik Skjoldbjærg que en el camino de la primera película, que reveló al mundo el Bombardeo de Shellhuset en Copenhague, lleva al espectador al norte de Noruega.
Específicamente a Narvik, la ciudad ubicada en la provincia de Nordland, para revivir un dramático pasaje que ocurrió en abril de 1940, cinco años antes del trágico ataque a la escuela danesa.
Cuando Hitler decidió invadir Noruega, que se había declarado neutral, teniendo en especial consideración esa localidad nórdica, porque su puerto servía de salida al hierro que venía desde Suecia.
El que proveía del 85% del material para la fabricación de armas alemanas. Por lo Inglaterra decidió frenar la entrega del mineral, poniendo minas en mar noruego, lo que no detuvo a los nazis.
Así, el 8 de abril de 1940 los soldados noruegos que habían sido enviados a Narvik como guardia neutral, tuvieron que rendirse ante tropas nazis que llegaron desde el mar para tomar Narvik.
La separación de Gunnar e Ingrid
En el punto de partida de un relato que se ambienta en medio del conflicto armado, pero tiene como el eje de su acción al matrimonio de Gunnar (Carl Martin Eggesbø) e Ingrid (Kristine Hartgen).
Un joven soldado y la empleada del hotel de Narvik que se ven separados por la batalla, luego de que él es tomado prisionero por los alemanes tras volar un puente para evitar su traslado.
Lo que deja a su mujer y a su pequeño hijo Ole (Christoph Gelfert Mathiesen) en la ciudad, mientras es controlada por tropas nazis y desde la costa recibe el ataque de la Marina Real británica.
Un panorama bastante desolador al que luego se sumará el que Ingrid tenga que ocultar su ayuda al cónsul inglés, al mismo tiempo que sirve de traductora al diplomático alemán en Narvik.
Y en las montañas su marido logra ser liberado por las tropas francesas que han llegado a suelo noruego para combatir a los germanos, aunque todavía queda mucho para cantar victoria.
En el corazón de una narración que muestra el combate, con disparos y enfrentamientos entre soldados de ambos bandos, pero que tiene su motor en los conflictos personales de sus personajes.
Lo que otorga a Narvik un nivel de dramatismo contenido, aunque no menos emocionante, donde las palabras traición, familia y amor a la patria son fundamentales en el desarrollo de su trama.