No ha pasado mucho desde el debut de Muppets Mayhem y ya llega a Disney+ otro muy buen estreno: Ni de aquí, ni de China, la serie basada en la novela gráfica American born chinese.
El libro escrito y dibujado por Gene Luen Yang que, después de su lanzamiento en 2006, se convirtió en objeto de aplausos y galardones, gracias a su factura como la temática que aborda.
Ya que a través de sus tres historias, con un final común, se refiere a la estereotipación racial -en especial siendo de origen asiático en EE.UU.-, la aceptación y el paso por la adolescencia.
Las temáticas que también aborda, pero de una manera más bien alejada del tríptico del volumen original, el espacio creado para el streaming por el actor y guionista Kelvin Yu (Bob’s burgers).
El que está compuesto de ocho emisiones dirigidas por Destin Daniel Cretton (Shang-Chi y la Leyenda de los Diez Anillos) y la actriz Lucy Liu, que ya realizó capítulos de series como Elementary.
Un cambio en las metas de Jin
Los nombres tras la producción de un espacio que tiene como figura central a Jin Wang (Ben Wang), un adolescente que comienza un nuevo año escolar en la secundaria Sierra Mona.
Un décimo grado -como el segundo medio en Chile- al que ingresa enfocado en dejar un poco la lectura de cómics, para centrarse en la práctica de soccer o simplemente fútbol para nosotros.
Además de acercarse a Amelia (Sydney Taylor), ser un estudiante promedio, sin importar su origen, y lidiar en casa con la tensión entre sus padres, Christine y Simon (Yeo Yann Yann y Chin Han).
Sin embargo, la llegada de un nuevo alumno cambia las cosas para Jin, ya que es obligado por la directora a ser el guía de Wei-Chen (Jimmy Liu), solo por compartir la ascendencia china.
Ya que los estereotipos están a la vuelta de la esquina, no solo para el adolescente sino también para el personaje de un programa que ha retomado vida con sus repeticiones: Beyond repair.
Entre la fantasía y los estereotipos
El que se llamaba Freddy Wong y, encarnado por Jamie Yao (Ke Huy Quan), era el centro de las bromas por su tendencia a sufrir accidentes y sus exagerados acento y personalidad.
Un cliché sobre los orientales que continúa haciendo reír a los blancos, que confunden el nombre de Jin por Jim y creen que su mamá es simplemente otra dura “madre tigresa”.
Pero la serie es también un buen ejemplo de fantasía en pantalla, al desarrollar la historia en torno al valiente Wei-Chen, que es realmente el hijo del mítico Rey Mono, Sun Wukong (Daniel Wu).
Y vino a la Tierra a buscar el Cuarto Pergamino para evitar la rebelión celestial a la que está llamando el enemigo de su padre, el dios Demonio Toro (Leonard Wu), con la ayuda de un confundido Jin.
Además del apoyo de Guanyin (Michelle Yeoh), la sabia Diosa de la Compasión que lo aconseja, mientras arma una mesa de café ataviada con sus muy terrenales bluejean y polerón.
En la combinación de seres míticos y terrenales con comedia, aventura y algo de drama, además de crecimiento y conciencia social, que conforman la entretenida y entrañable Ni de aquí, ni de China.