Fue en febrero pasado que debutó en Netflix El estafador de Tinder, sumando otro protagonista al mundo de documentales sobre engaños de la plataforma. Un universo de mentiras y farsas al que también pertenece No confíes en nadie.
La nueva producción del servicio de streaming que presenta una historia real marcada claramente por un fraude financiero, que se empezó a revelar después de una inesperada y oscura jugada del destino.
La cual se va conociendo a lo largo de la hora y media del documental británico subtitulado Tras las pistas del rey de las criptomonedas, dirigido por Luke Sewell y que tiene como protagonistas a la moneda digital y Gerald Cotten.
El fundador y director general de QuadrigaCX, la bolsa de bitcóin -la primera criptodivisa- más importante de Canadá, que en medio de su Luna de Miel en la India, en 2018, murió a causa de complicaciones derivadas de la enfermedad de Crohn.
Un inesperado deceso que además trajo graves consecuencias a los clientes de su plataforma de inversiones, ya que él era el único que conocía las contraseñas para acceder a los monederos digitales con más de US$ 250 millones en criptomonedas.
Ante lo que comenzó una investigación que involucró a la policía, banco y firmas de auditoría, revelando sospechosas transacciones monetarias, agravadas por hechos como que el magnate cambió su testamento días antes de su viaje a Asia.
Dudas y teorías conspirativas
Lo que levantó una serie de dudas en torno a su figura y apareció una gran pregunta: ¿Gerald está realmente muerto? La misma que surge en los minutos iniciales de la cinta en la boca de la conductora de un noticiero.
Esto da paso a que integrantes del grupo Bitcoin Co-op, conformado a comienzos de la década del 2010 por jóvenes promotores de la criptomonedas, revelen cómo conocieron a Cotten y su positiva opinión sobre él y su alegre carácter.
Pero también forman parte del relato quienes se vieron afectados por él, como el ingeniero de software Tong Zou, quien luego de un colapso económico decidió invertir el dinero que le quedaba en Quadriga, algo similar a lo que hizo Ali Moausavi.
Los que vieron con sorpresa y decepción la noticia de la muerte de Cotten en India, cuando solo tenía 30 años. A lo que siguió una tardía declaración de su viuda, Jennifer Robertson, y la posterior desaparición del sitio de inversiones.
Lo que despertó las alarmas de la periodista Alexandra Posadzki, de The Globe and Mail de Toronto, como también de los que perdieron su dinero e hicieron de Instagram su medio de contacto y también fuente de sus teorías sobre lo que sucedió.
Entre ellos el usuario QCXINT, quien oculto tras una máscara de zorro alentó la informal investigación que aumentó el temor de estar ante un fraude. Donde reaparecieron las dudas sobre la muerte de Cotten y las teorías conspirativas.
Todo lo que va revelando el interesante No confíes en nadie: tras las pistas del rey de las criptomonedas, decantando en una explicación final más simple de lo que se esperaba, donde son claves el fraude, la codicia y bastante mala suerte.