No me mates: el romance y el horror gótico que llegan desde Italia a Netflix
La novela homónima de Chiara Palazzolo es la base de la película que muestra la historia de la joven Mirta luego de que junto a su novio muere de una sobredosis, pero sobrenaturalmente retorna a la vida.
La italiana Chiara Palazzolo ya había escrito dos libros, pero fue gracias a No me mates que llamó la atención de la crítica y los lectores al incursionar en la fantasía gótica. Una apuesta que se convertiría en trilogía y hoy llega a Netflix transformada en una película.
La novela de 2005 donde la joven Mirta le jura amor eterno a Robin, sin imaginar que su promesa se cumpliría de la forma más oscura. A la cual siguieron los volúmenes Strappami il cuore (arranca mi corazón) y Ti porterò nel sangue (te llevaré en mi sangre).
La misma que se convirtió en un largometraje bajo la dirección de Andrea De Sica y, tras debutar algunos meses atrás en Europa, arriba al streaming para compartir con el mundo una historia que mezcla juventud con romance y terror sobrenatural.
La cual en un comienzo puede recordar a Crepúsculo, pero pronto difiere bastante de la novela de Stephenie Meyer, como de la cinta que ésta inspiró, por la oscuridad y el conflicto que rodea a sus personajes, además de la crudeza de sus acciones.
Y cuyo relato se inicia el día en que los jóvenes Mirta (Alice Pagani) y Robin (Rocco Fasano) llegan a un lugar apartado de la montaña, donde se prometen amor eterno y ella le dice que se drogará junto a él sí le asegura que dejará su adicción.
Pero la siguiente escena revela que murieron de una sobredosis y, a pedido de la madre de Mirta, son enterrados en tumbas colindantes. Aunque lo que viene después es más inesperado: la chica logra salir a golpes de su sepultura y vaga confundida.
La verdad sobre la nueva existencia de Mirta
Es acá cuando la narración viaja al pasado, cuando la protagonista se encuentra con una amiga y divisa por primera vez a Robin, cuando está en compañía de su grupo de desenfadados amigos; para más tarde verlo nuevamente en una discoteca.
Ese es el momento en que la pareja se hace inseparable, sin contar que la muerte se cruzará en su camino. Sin embargo, ese no es el final por lo menos para Mirta, que instintivamente ataca a un hombre para comer de él y mantenerse “viva”.
Pero pronto descubre que hay personajes armados que la persiguen, de quienes escapa gracias a la intervención de Sara (Silvia Calderoni), quien le explica que son de una secta que se hace llamar Los Benandanti y ahora buscan eliminar a su especie.
Ya que, como su salvadora le explica, las dos son parte de los Supermuertos, seres que han vuelto a la vida después de una muerte violenta y deben alimentarse de humanos antes de su último aliento. Quien le dice que la acompañe, pero Mirta no puede olvidar a Robin.
Lo que viene luego para Luna, ya que Mirta decide rebautizarse así, es un encuentro que le revelará la verdad sobre su muerte y su renacimiento. El que la hará enfrentarse a una decisión que marcará su futuro y abrirá la puerta a una posible secuela de la cinta.
En el revelador y predecible desenlace de No me mates, una película hecha claramente para jóvenes, donde temas como la sexualidad, la drogadicción y el primer amor se combinan inesperadamente, pero eficazmente con el terror y la muerte.
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