El 15 de abril de 2019 los parisinos se vieron sacudidos por una tragedia que dañó uno de sus símbolos patrimoniales y se gestó pasadas las 18 horas, cuando un incendió se declaró en Notre-Dame.
La catedral católica símbolo del gótico y testigo silente de la historia francesa que comenzó a construirse en 1163 y a lo largo de su extensa biografía ya había sido blanco de otros ataques y destrucción.
Como durante la Revolución Francesa y en mayo de 1871, cuando durante la Comuna de París se le prendió fuego y este logró ser controlado sin dejar muchos daños, a diferencia del de hace tres años.
Cuando las llamas aparecidas en el ático de la catedral provocaron la destrucción de su aguja y el entramado de vigas de roble que soportaban su tejado, ante los ojos de los franceses y el mundo.
Una crisis cultural y humana que revive en la serie de Netflix creada en base a La nuit de Notre-Dame, el libro escrito por Romain Gubert con las vivencias de los bomberos que fueron parte de ella.
La que en seis episodios muestran diferentes miradas en torno al incendio y los conflictos de sus protagonistas, entre ellos Alice (Megan Northam), una integrante del cuerpo de bomberos de París.
Drama profesional y conflictos personales
La cual dos meses antes de lo de Notre-Dame concurrió a la emergencia ocasionada por el estallido de una tubería de gas, que provocó la traumática muerte de su colega y pareja Ben (Victor Belmondo).
Pero los dramas también atormentan a otros personajes. Como Max (Simon Abkarian), el dueño de un restaurante que enfrenta la muerte de su esposa, la presión de un mafioso y el no poder contactar a su hija.
Y el general Ducourt (Roschdy Zem), el jefe de bomberos que carga con la muerte de su hijo, el mismo Ben, y ha decidido jubilarse. Un plan que deberá esperar a causa de un nuevo y gran incendio.
El que se declara en la famosa catedral de Notre-Dame y pone a Ducourt y su equipo frente a uno de las misiones más difíciles de su carrera profesional, mientras cargan con sus problemas y secretos.
Al mismo tiempo que se suman al relato y sus diferentes aristas personajes como Victoire (Marie Zabukovec), la hija de Max; la periodista Elena (Alice Isaaz) y la creyente coronel Varèse (Carolina Proust).
La suma de nombres y conflictos que componen una narración que logra entrelazar de buena manera la ficción con la realidad, llevando al espectador por una dramática e interesante apuesta coral.