Aunque son dos de las actrices más destacadas de su generación, Jodie Foster y Annette Bening no habían trabajado juntas. Hasta que apareció Nyad y se saldó esa deuda.
Una compensación para los amantes de las buenas actuaciones y la química en pantalla, que las actrices estadounidenses concretan en este drama biográfico de Netflix que tiene otro hito.
Porque el largometraje además marca el debut en la ficción de Elizabeth Chai Vasarhelyi y Jimmy Chin, los documentalistas y matrimonio detrás de aplaudidos títulos como Free solo.
Aunque no dejan totalmente su vínculo con los hechos de la realidad, ya que su película inspirada en la vida de la nadadora Diana Nyad también incluye metraje documental.
Lo que complementa en la manera justa una cinta que cautiva gracias al talento de sus protagonistas, como también por la historia de esfuerzo, amistad y resiliencia que revela.
En busca de un desafío
La que tiene como su gran inspiración las memorias que Nyad, periodista y atleta, publicó en 2015 bajo el título de Find a way, teniendo como esencia la hazaña que efectuó en 2013.
Cuando ya tenía 64 años de edad e hizo noticia por cruzar a nado de Cuba a Florida, aunque todavía haya muchos que desconocen su proeza en aguas plagadas de tiburones y medusas.
Sin embargo, la cinta se inicia un poco antes, cuando en su juventud rompió varios récords en nado libre, al cruzar el lago Ontario, rodear la isla de Manhattan o unir Bahamas y Florida.
Para luego viajar al 2010, cuando Diana Nyad (Bening) cumple 60 años y se da cuenta de que le hace falta algo en la vida, algo que la desafíe, dejando atrás las limitaciones.
Lo que es ni más ni menos que lograr cruzar de Cuba a Key West, Florida, para concretar finalmente lo que trató de hacer con solo 28 años, siempre con su mejor amiga como aliada.
Bonnie como motor de su hazaña
Así, junto a Bonnie (Foster) como entrenadora, la obcecada Diana vuelve a la natación y a un largo entrenamiento, mientras forma el equipo que la acompañará en los años que vienen.
Donde serán claves los buzos que espantarán tiburones, médicos y John Bartlett (Rhys Ifans), el navegante y dueño de la embarcación que la seguirá en los intentos por cumplir su sueño.
Y no será una sino cinco veces las que le tomarán a Nyad cubrir los 166 kilómetros entre la costa cubana y Key West, encarando alucinaciones, picaduras de medusas y mareos.
Al mismo tiempo que se conocen detalles de su vida, como el abandono de su padre y también el abuso sexual que sufrió por parte de su entrenador siendo adolescente.
Con Bening y Foster entregando grandes actuaciones, en el corazón de una película que mezcla en la justa medida la tensión deportiva y el dramatismo de una historia de la vida real.