Obsesión Secreta: Otra más sobre una esposa que duerme con el enemigo
Obsesión Secreta es el thriller de Netflix que trae de vuelta esas historias en que la esposa debe desconfiar de su propio marido. Una cinta que no ofrece mucho más que un par de sobresaltos.
Después de sufrir un grave accidente, Jennifer despierta en el hospital sin memoria. A su lado, un tipo que afirma ser su esposo. Ese es el punto de partida de Obsesión Secreta, el nuevo thriller de Netflix que sigue la larga tradición de películas en que la esposa sospecha de su compañero de vida, cuyo ejemplo más notable es Durmiendo con el enemigo, cinta de 1991 protagonizada por Julia Roberts.
Nada hace sospechar de ese señor con aspecto mateo y bonachón que la cuida y que, tras unos días, se la lleva a la casa que compartían juntos antes del accidente. Pero Jennifer de a poco comienza a desconfiar, lo mismo que el policía encargado de investigar el accidente.
Porque lo de ella no fue un atropello “normal”. No. Ella iba huyendo de alguien. Detalles que se conocen desde un comienzo y que van intrigando al espectador, pero con resultados mediocres.
Es cierto que a los fans de los thrillers les encantan esas escenas en que las personas tratan de zafar de sus amarras antes de que sus captores vuelvan del baño o de las compras. Pero este filme no entrega mucho más que eso: un par de escenas con sobresaltos, misterios por resolver (pero bastante predecibles), y un puñado de cabos sueltos que quedan así.
Bien Brenda Song en su rol de mujer acorralada y Dennis Haysbert (el recordado presidente de la serie 24) como un detective diligente y preocupado. Pero quien interpreta al esposo de Jennifer —el actor Mike Vogel— tiene un desempeño, por decir algo, deficiente.
Obsesión Secreta es una película de TV, dirigida por Peter Sullivan, adecuada para una tarde de domingo 100% ociosa, sin sorpresas ni grandes actuaciones y algo estereotipada. No hay que esperar más que eso.
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