Con las cintas El guardián invisible y Legado de los huesos, las investigaciones de Amaia Salazar se convirtieron en favoritas del público de Netflix, tras cautivar a los seguidores de sus novelas de suspenso. Un sitial que con seguridad reafirmará Ofrenda a la tormenta.
Éste es el título que concluye la famosa serie literaria de Dolores Redondo y que hoy llega a la plataforma convertido en una película para cerrar en pantalla la trilogía de Baztán; donde nuevamente son ingredientes esenciales el suspenso y los paisajes de Navarra.
De esta manera nos reencontramos con la inspectora Salazar (Marta Etura) luego de una aventura inicial que la hizo retornar a su natal Elizondo, en que resolvió un caso vinculado a un sicópata, y una secuela con ella enfrentando crímenes ligados a su traumático pasado.
Ahora, la policía confronta un nuevo desafío profesional tras la repentina muerte de una niña de solo cuatro meses de edad. Un hecho en que todo apunta a su propio padre, pero que según su abuela estaría relacionado con el demonio Inguma.
Este último, según la leyenda local, absorbe las vidas de quienes duerman y provoca la muerte súbita de los recién nacidos. Una criatura que viene así a sumarse a los mitos del protector de los bosques Basajaun y el cíclope come niños llamado Tarttalo.
Sin embargo, este caso se vincula con alguien de carne y hueso, y las muertes de otros bebés, por lo que Amaia y los agentes de la Policía Foral -entre los que se cuenta su asistente, Etxaide (Carlos Librado)-, comienzan a recopilar pistas para dar con el asesino.
La más completa arista de la trilogía
De manera paralela, los problemas personales también acechan a la inspectora. Entre ellos el hecho de que está convencida de que su desquiciada madre, Rosario (Susi Sánchez), sigue viva; y que se le reafirma con el fallecimiento del Dr. Berasategui (Álvaro Cervantes).
Además, ha comenzado a distanciarse de su marido, James (Benn Northover), no solo por estar demasiado entregada a su labor investigativa, sino también por la cercanía, no solamente profesional, con el juez Markina (Leonardo Sbaraglia).
Así, con los bellos y a la vez casi fantásticos paisajes de la región vasca como escenario de sus experiencias, la inspectora Salazar se enfrenta a la más compleja arista de su reciente labor en la policía, en la que confluyen sus anteriores investigaciones.
Un final literalmente “de película”, que supera en intensidad a las cintas anteriores de la trilogía -ambas disponibles en Netflix-, por el ritmo que su director, Fernando González Molina, le imprime a su narración desde los primeros minutos.
A lo que se le suma la forma en que el relato va tejiendo una red con nuevos y viejos personajes, y sus diferentes acciones, donde por un momento existe más de un sospechoso en torno a crímenes ligados con grupos que creen en un fantástico poder ancestral.
Lo que hace de Ofrenda a la tormenta el complejo y a la vez atrapante cierre para una no menos cautivante serie de largometrajes, donde la figura de Amaia Salazar -con una sólida Marta Etura- es el eje y detonante de un thriller anclado en la ilimitada ambición humana.