Oscuro deseo 2: la pasión y el misterio vuelven a unir las vidas de Alma y Darío
Quince episodios componen la segunda temporada de la serie mexicana de Netflix protagonizada por Maite Perroni y Alejandro Speitzer, donde un supuesto suicidio es el detonante de una nueva trama llena de suspenso y sensualidad.
Un año antes del éxito de ¿Quién mató a Sara? en 2021, otra serie mexicana de suspenso ya había conquistado a los espectadores de Netflix en el mundo: Oscuro deseo. La misma que retorna en una segunda temporada con más misterio y sensualidad.
La cual con su primer ciclo fue parte de las listas de lo más visto en la plataforma en 75 países, como EE.UU., Francia, Brasil y España, llegando a sumar, como lo dio a conocer el servicio de streaming, 35 millones de hogares en los 28 días iniciales de emisión.
Y lo logró gracias a una historia dividida en 18 capítulos, en que se conoció a Alma (Maite Perroni), una abogada y profesora universitaria de 40 años de edad, casada con el juez Leonardo Solares (Jorge Poza) y madre de la adolescente Zoe (Regina Pavón).
Y también se vio cuando asistió a una fiesta con su amiga Brenda (María Fernanda Yepes) y tuvo el encuentro que cambió todo. Donde conoció a Darío Guerra (Alejandro Speitzer), un atractivo joven de 23 años con el que protagonizó una noche de pasión.
Pero cuando quiso dejar atrás ese desliz y seguir con su vida, se dio cuenta que Darío era alumno de unos de sus seminarios y su presencia se hizo constante. A lo que se fueron sumando secretos que también involucraron a su cuñado, Esteban (Erik Hayser).
Lo que concluyó con un episodio final que reveló sociedades y vínculos familiares que dieron respuestas y algo de confusión. Pero renovados conflictos y misterios se hacen presentes en el segundo ciclo del espacio, con Alma y Darío otra vez como ejes.
Una muerte y nuevos protagonismos
A los cuales el público reencuentra algún tiempo después de la anterior entrega de la serie, cuando ella ya está divorciada de Leonardo y rearmando su vida. Sin embargo, el recuerdo de su relación con Darío no la abandona y la hace enfrentar dolor y asistir a terapia.
Lo que se acentúa cuando llega a nombre de su ex marido una invitación para el matrimonio del joven con Julieta (Ariana Saavedra), empeorando más cuando a la salida de un hotel de Ciudad de México, a donde él retornó de Nueva York para la boda, Alma lo ve nuevamente.
Pero también se sabe de Esteban, quien sale de la cárcel y es llevado por su sobrina Zoe a un humilde departamento. El cual ha dejado atrás el alcohol, los cigarrillos y es un devoto cristiano tras estar cerca de la muerte, o eso es lo que se supone en los capítulos iniciales.
Además de que ocurre un grave suceso que sacude todo desde un comienzo: el suicidio, como se supone en un primer momento, de Julieta el día de su despedida de soltera; junto a la aparición en la capital azteca de Lys (Catherine Siachoque), otra amante de Darío.
Sin olvidar un detalle clave: la presunta existencia de alguien que se habría hecho pasar por este último. En los ingredientes que vienen a complicar aún más las existencias de la pareja central de la trama, quienes por momentos ceden el protagonismo a antiguos secundarios.
Y aunque ahora algunas escenas sexuales estén de sobra, la sensualidad sigue siendo el complemento principal del misterio de Oscuro deseo. En un segundo ciclo más intrigante, que lleva al espectador por un relato donde nada ni nadie son lo que parecen ser.
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