En 2004 Maite Perroni debutó en la actuación y conoció la fama gracias la telenovela juvenil Rebelde y su interpretación de Lupita. Más de 15 años después, la actriz deja definitivamente atrás a esa sencilla joven con el maduro y sensual papel que encarna en Oscuro deseo.
Esta es la nueva serie mexicana de Netflix donde Perroni se convierte en Alma Solares, una abogada y profesora universitaria de 40 años de edad, que está casada con el juez Leonardo Solares (Jorge Poza) y es madre de la adolescente Zoe (Regina Pavón).
Su historia se inicia con una breve y caótica escena donde la policía lleva detenida a una mujer, en medio de varias ambulancias. Rápidamente la acción se dirige a seis semanas atrás, cuando Alma viaja de Ciudad de México a Cuernavaca para estar con su mejor amiga.
Su nombre es Brenda (María Fernanda Yepes) y son inseparables desde la infancia, y Alma decidió hacerle compañía para que supere su reciente divorcio. Y para olvidar por unas horas el drama, salen dispuestas a divertirse y, por qué no, a tener algo de compañía.
Así es como en una fiesta el camino de la docente se cruza con el de Darío Guerra (Alejandro Speitzer), un joven de 23 años con el que protagoniza una noche de pasión. Pero al día siguiente, un tanto confundida, ella decide dejar este desliz atrás y seguir con su vida.
Sin embargo, esto no será tan fácil, ya que poco antes de terminar la primera clase de su nuevo seminario sobre violencia de género, Alma descubre que uno de sus alumnos es ni más ni menos Darío, quien no está dispuesto a olvidar el encuentro que tuvieron.
Misterio policial y erotismo
Con Darío rondando cada paso que da, la existencia de Alma comienza a dar un peligroso giro, que empeora todavía más cuando le dan la noticia de que Brenda se ha suicidado. Una trágica decisión que quizás se vincule con uno que otro secreto del pasado.
Una serie de enigmas que no solo involucran a la atractiva abogada y su marido, sino también a su cuñado, Esteban (Erik Hayser), un ex policía y experto criminólogo que comienza a hacer sus propias averiguaciones sobre Darío al descubrir su existencia.
De esta manera, con un ritmo pausado, pero marcado por diferentes y constantes revelaciones, se van desarrollando los 18 capítulos -de media hora de duración cada uno- del nuevo thriller mexicano de Netflix, que llega casi dos meses después de su par juvenil Control Z.
Pero acá al misterio, en esencia policial, se le suma un ingrediente clave: el erotismo, que no solo se hace presente en los encuentros de Alma y Darío -con sensuales escenas que nunca caen en lo vulgar-, sino también en los que protagonizan otros personajes.
Así, con la sensualidad como aliada del suspenso, e incluyendo en su trama alusiones a la violencia de género y el femicidio -México es uno de los países con el mayor número de mujeres violentadas-, Oscuro deseo va entregando su atractivo y a la vez inquietante relato.
Una renovada apuesta con acento y talento mexicano que viene a nutrir el catálogo de Netflix, transformándose en el nuevo título “maratoneable” de su cada vez más extenso catálogo de producciones iberoamericanas.