Si bien en Chile no escuchamos mucho de ellos, en su natal España y en muchas partes de Latinoamérica fueron un fenómeno de masas en los 80. Parchís, el documental, presenta la historia de los niños —y luego adolescentes— que dieron vida a este grupo musical, uno que grabó una veintena de discos e hizo siete películas, con singular éxito.
Tenían entre ocho y 12 años, y la exposición mediática que tuvieron desde sus inicios, en 1979, fue impensada para esa época.
En este registro, los propios ex integrantes de Parchís, sus padres, tutores y mánagers, cuentan cómo fueron sus vidas desde que se integraron al conjunto. Llevaban la vida de un artista adulto, viajando por el mundo sin sus papás, alojando en hoteles cinco estrellas, y comiendo lo que querían y a la hora que querían.
Casi nunca iban al colegio y, como no tenían mucho contacto con otros chicos, comenzaron a tener sus primeras experiencias con el sexo opuesto entre ellos, pasando de la amistad al amorío inocente, y viceversa, con toda naturalidad.
“Mi primer beso se lo di a Tino”, cuenta Yolanda (una de las Parchís que más tarde se convirtió en actriz de teleseries en México) sobre el breve enamoramiento que vivió con el más grande de los miembros del grupo, Tino, quien a los 14 ó 15 años también comenzó a salir con mujeres mayores.
De dulce y agraz
En paralelo al éxito, hubo problemas entre ellos, disputas entre sus padres, salidas de integrantes que no quisieron continuar en esa vorágine, rivalidades con otras agrupaciones del estilo e incluso sospechas de estafa y robo que recayeron sobre los mánagers y los directivos de la casa discográfica a la que pertenecían.
El documental abunda en testimonios e imágenes reales de cómo fue el auge y caída de esta banda que, al llegar la adolescencia de sus integrantes, se fue apagando de a poco. Un registro interesante que invita a la reflexión sobre los niños/artistas, sobre cómo y quiénes los cuidan, y sobre cómo sobrellevan sus vida después de que la fama se va.