Si estás buscando ideas para ver en la noche de Halloween, ojo con esta selección de películas de terror en HBO Max, que son parte de su extenso catálogo y que tienen como eje el horror combinado con diversos géneros.
Entre los que se cuentan la comedia y el drama, sin olvidar algo de música y el horror clásico, que guían las escalofriantes aventuras con la firma de directores como Tim Burton, William Friedkin y Andrés Muschietti.
Donde además intervienen actores como Bill Skarsgård, Catherine Deneuve, Finn Wolfhard y Winona Ryder, junto a figuras del rock como Dave Grohl y David Bowie, para hacer de estas cintas el mejor panorama para la Noche de Brujas.
Studio 666
De cuando en cuando, los cantantes y músicos también prueban suerte en el mundo del cine, con grandes o pequeñas incursiones. Así en pantalla se ha podido ver a Mick Jagger, David Bowie, Marilyn Manson y Flea, por nombrar a algunos.
Sin olvidar a Dave Grohl, quien debutó como Satanás en Tenacious D: la púa del destino y hace poco retornó a una película en compañía de su grupo Foo Fighters, encarnando una versión algo ficcionalizada de sí mismo en Studio 666.
Y si en su primera incursión fílmica fue la encarnación de la maldad, en la cinta reciente experimenta el terror de una mansión embrujada en compañía de sus compañeros de banda, entre los que se cuenta el desaparecido Taylor Hawkins.
Una aventura fílmica nacida de la imaginación del mismo Grohl y que combina horror (bastante gore), con música y comedia, en una historia que tiene como punto de partida la grabación del décimo disco de los Foo Fighters.
Para lo que deciden instalarse en una gran casa abandonada que fue escenario de la matanza de los integrantes de otra agrupación en la década de los 90, siendo víctimas de peligrosos sucesos paranormales, como la posesión de Grohl.
It
Entre el extenso listado de obras literarias de Stephen King en pantalla, su novela It (eso), de 1986, aparece en dos ocasiones: en forma de la miniserie de 1990 y la película de hace cinco años dirigida por el argentino Andrés Muschietti.
En la que el papel de la inquietante criatura con forma de payaso llamada Pennywise, que en televisión encarnó el inglés Tim Curry (The Rocky horror picture show), es reinterpretada por el actor sueco Bill Skarsgård (El diablo a todas horas).
La misma que a fines de los 80 asola a la localidad de Derry, en Maine, haciendo desaparecer a varios de sus niños, entre los que se cuenta Georgie (Jackson Robert Scott), el hermano pequeño de Bill (Jaeden Martell).
Quien varios meses después no olvida la tragedia y sigue buscando a Georgie junto a sus amigos Eddie (Jack Dylan Grazer), Stan (Wyatt Oleff), Richie (Finn Wolfhard) y Ben (Jeremy Ray Taylor), al mismo tiempo que todos tienen terroríficas visiones.
Las que se relacionan con Pennywise y también afectan a Mike (Chosen Jacobs) y Beverly (Sophia Lillis), los que también pasarán a formar parte de este grupo de amigos que, bajo el nombre de El Club de los Perdedores, enfrentará al aterrador espectro.
El legado del Diablo
En los últimos años, una oleada de realizaciones ha venido a dar un renovado sentido al siempre activo género del terror. Títulos como ¡Huye!, La morgue, Fragmentado, Un lugar en silencio y Nosotros han dado inmejorables ejemplos de cómo las buenas ideas son más efectivas que un gran presupuesto.
Una lista a la que en 2018 se sumó El legado del Diablo, el primer largometraje del estadounidense Ari Aster, quien hasta esa fecha ya había logrado llamar la atención como director y guionista de cortometrajes, para luego consolidarse como guionista y realizador con la pesadilla nórdica de Midsommar (2019).
Sin embargo, en su película de hace cuatro años, Aster se ubica en Utah, EE.UU., para mostrar la inquietante historia de los Graham, la familia encabezada por Annie (Toni Collette), una artista de miniaturas que hace poco perdió a su madre, y que también integran su esposo psiquiatra Steve (Gabriel Byrne) y sus hijos.
Estos son el joven Peter (Alex Wolff) y la preadolescente Charlie (Milly Shapiro), quien era muy cercana a su abuela, por lo que cuando empieza a mostrar un extraño comportamiento se le atribuye al dolor de la pérdida. A diferencia de Annie, quien tenía una distante relación con su progenitora desde que perdió a su hermano mayor.
Pero luego de que Peter se ve obligado a llevar a Charlie con él a una fiesta con chicos de su edad, un impactante accidente en la carretera vendrá a oscurecer aún más las vidas de los Graham, en especial la de Annie, y a enfrentarlos a situaciones sobrenaturales relacionadas con el pasado de su familia.
El exorcista
Dentro de la historia del cine de terror, la película dirigida por William Friedkin en 1973 es uno de sus clásicos inalterables. Un lugar de importancia que ya en los 70 comenzó a asentar con 10 nominaciones a los Oscar y una exitosa recaudación.
Lo que logró gracias a su escalofriante trama basada en el libro El exorcista, de William Peter Blatty -que el mismo autor convirtió en guión fílmico-, que tiene como eje la posesión demoníaca de la que es víctima una niña de 12 años.
La que se llama Regan (Linda Blair), es hija de la actriz Chris MacNeil (Ellen Burstyn) y comienza a actuar diferente poco después de que con su madre se mudan a una nueva casa, durante la filmación de una película en Georgetown.
Una conducta que en un principio incluye el que orine en una alfombra, pero empeora cuando ella se pone violenta, por lo que enfrenta diferentes doctores y exámenes para saber qué es lo que la afecta. Hasta que surge la pesadilla.
Un demonio la controla por completo y hace que hable en diferentes idiomas, de vuelta su cabeza y también encare al padre Damien Karras (Jason Miller), quien tratará de exorcizarla en el clímax de la escalofriante cinta.
Beetlejuice
A fines de los 80, tras dar vida a Frankenweenie y La gran aventura de Pee-wee, un joven Tim Burton dirigió la película que anclaría las bases de su fama mundial y particular mirada cinematográfica: Beetlejuice.
La comedia de horror que además marcó un antes y un después en la carrera de una entonces adolescente Winona Ryder con el papel de la gótica Lydia, uno de los personajes centrales de un relato tan oscuro como divertido.
El que se inicia cuando el joven matrimonio de Barbara y Adam Maitland (Geena Davis y Alec Baldwin) tienen un accidente con su automóvil del que creen haber salido ilesos, pero la verdad es otra, ya que están muertos.
Algo que descubren cuando retornan a su casa en la rural Winter River y con la ayuda del Manual para los recién fallecidos se contactan con el Más Allá e inician su vida como fantasmas. Sin embargo, su hogar es vendido a otra familia.
Lo que hace que Charles Deetz (Jeffrey Jones), su esposa Delia (Catherine O’Hara) y su hija Lydia se muden al lugar, empujando a los Maitland a pedir ayuda al singular espectro bioexorcizador Betelgeuse (Michael Keaton) para expulsarlos.
El ansia
Dentro de las variadas y aplaudidas incursiones de David Bowie en el cine se cuenta esta cinta que ahora tiene estatus de película de culto, pero por mucho tiempo estuvo censurada por algunos canales de cable en Chile.
Lo que debe haber ocurrido porque la primera película del desaparecido Tony Scott (Top Gun) no solo tiene como protagonistas a una pareja de vampiros, sino que además se atreve a mostrar una relación lésbica.
Parte de los ingredientes de la historia centrada en la enigmática y atractiva Miriam Blaylock (Catherine Deneuve), una vampira que ha vivido por siglos y ahora está establecida en Manhattan junto a su marido John (Bowie).
Sin embargo, algo ocurre con este último que enciende las alarmas: ha comenzado a envejecer, algo casi imposible para un vampiro, pero al parecer no imposible, que lo ha condenado a enfrentar la obsolescencia.
Aunque lo peor es que ahora también podría ser desechado por Miriam, como ya lo hizo con anteriores amantes, más cuando ella pone los ojos en la geriatra que lo trata por su envejecimiento, la doctora Sarah Roberts (Susan Sarandon).
Tiburón
Puede que la hayas visto más de una vez en el cable o en esas tardes de cine en la TV abierta. Pero es que uno nunca se cansa de la criatura más aterradora de los 70.
En 1975, Steven Spielberg inauguró la saga de Tiburón con esta cinta, que se convirtió en un blockbuster y en un clásico de las películas de terror.
Inspirada en la novela homónima de Peter Benchley, ahonda en el miedo colectivo de este animal marino que acecha las costas y que es capaz de convertir unas plácidas vacaciones en un tragedia.
El de este filme es un tiburón blanco que causa el pánico entre los bañistas de la playa de Amity Island y que nos hace gritar de susto mientras suena la icónica música que creó John Williams.