Perdida, la tensa e intrigante serie española que aborda el rapto de menores
Suspenso es lo que define esta producción que en 11 capítulos viaja entre España y Colombia, para resolver un problema que lleva casi a la locura a una pareja.
¿Qué hace un español en una cárcel colombiana? Probablemente esa sea la pregunta que te harás cuando comiences a ver Perdida, la nueva serie española que llegó a Netflix.
La respuesta la sabrás en el primer episodio de este thriller creada por Natxo López y Ruth García, pero no cuál es la intención de Antonio Santos (interpretado por el actor Daniel Grao) o a quién quiere encontrar adentro de La Modela, la prisión de media seguridad a la que llega, luego de ser tomado en el aeropuerto con más de un kilo de cocaína en su cuerpo.
Así se comienza a tejer una trama en la que corre bastante sangre, como también un triste y oscuro pasado de un matrimonio de Valencia, al que raptaron a su única hija: Soledad (en el rol de la actriz Verónica Velásquez).
Tenía sólo cinco años, cuando un día desapareció sin dejar rastro. Situación que, por supuesto, terminó con la relación de sus padres, quienes entraron en una profunda crisis, luego que la investigación quedara desestimada por falta de información para dar con la niña.
Sin embargo, luego de más de una década su padre, Antonio, sigue buscándola, y las pistas lo llevan a Colombia, donde se mezcla con una extensa trama de corrupción, asesinatos y, por supuesto, droga.
Perdida en Colombia
La historia estrenada en enero pasado por Antena 3, da un vuelco cuando en España comienzan a investigar una nueva desaparición: la de Antonio. Este encrucijada permite que se reúnan nuevamente la madre de Soledad, la abuela y los policías que investigaron el caso en su época.
De esta manera, la trama de muy buena factura, pero que a veces cae en lugares comunes, toma nuevos rumbos, ya que se sumará Angelita (papel de Adriana Paz), una abogada mexicana que –pese a tener mucho que perder por sus nexos con el narcotraficantes–, asume la defensa de este terco español que tiene una misión en la vida: llegar hasta quien, supuestamente, robó a su hija.
Será difícil que pares de verla, porque los finales te dejan con una duda aún mayor, por lo que será necesario resolverla con el siguiente, hasta completar sus 11 capítulos de casi una hora, es decir, maratón segura.
Más cuando, a lo que ocurre en la cárcel, se agrega un nuevo frente que recuerda a las teleseries: el de una joven de 18 años que acaba de entrar a la universidad y que tiene inseguridad sobre su pasado.
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