Luego de dar el vamos a sus estrenos de 2023 con la comedia de Shrinking, Apple TV+ se sumerge en el drama profundo que recorre Querido Edward, la serie basada en la novela de Ann Napolitano.
La escritora estadounidense que se convirtió en autora superventas gracias a este conmovedor libro, llamado originalmente Dear Edward y publicado en español como Un lugar en el cielo.
El cual tres años después de ser publicado llega al streaming en la versión para la pantalla realizada por Jason Katims, el productor y guionista detrás de títulos como Friday night lights y Parenthood.
La que mantiene como eje de su relato la figura del pequeño Edward, pero se amplía hacia otros personajes que de una u otra forma se conectan con la desgracia que sirve de detonante al espacio.
El que a lo largo de los diez capítulos en que se desarrolla, se mueve entre la pérdida, la resiliencia, la débil construcción de algunos de los arcos dramáticos y tragedia más pura y desoladora.
La tragedia que marca el relato
El que comienza a dibujarse poco antes de que Edward Adler (Colin O’Brien) y su familia, conformada por sus padres y su hermano mayor Jordan (Maxwell Jenkins), lleguen a vivir a Los Angeles.
Cuando después de salir desde Nueva York hacia California en un vuelo comercial, este presenta problemas y el avión con casi 200 pasajeros se estrella en Colorado, sobreviviendo solo Edward.
Por lo que el chico de 12 años es bautizado por la prensa como el “niño milagro” y, tras dejar la clínica, se va a vivir con su tía materna Lacey (Taylor Schilling) y el esposo de ésta, John (Carter Hudson).
Con lo que se inicia la lenta recuperación del jovencito, quien continúa hablándole a Jordan como si estuviera junto a él como en los viejos tiempos, mientras entabla amistad con Shay (Eva Ariel Binder).
Sin embargo, la narración también le otorga protagonismo a los deudos de otras de las víctimas, quienes coinciden en reuniones en una iglesia neoyorquina donde reciben apoyo emocional.
Los otros protagonistas de la historia
Entre los que se cuentan Dee Dee (Connie Britton, Nashville), quien tras perder a su esposo en el accidente descubre que ya no tiene dinero y que además su marido tenía una doble vida en California.
Junto a Adriana (Anna Uzele), la nieta de una veterana congresista que falleció en la tragedia, que entabla amistad con un joven ghanés que perdió a su hermana y ahora cuida de su sobrina.
Además de Linda (Amy Forsyth), quien encara un embarazo inesperado tras perder a su pareja, o Sam (Dario Ladani Sanchez), un padre de familia que confronta su verdadera sexualidad.
Con lo que el relato que en la novela tiene su eje en Edward se amplía hacia otros personajes, expandiendo su narración en cantidad, pero no en detallar motivaciones y conflictos.
Sin embargo, esto no disminuye la intensidad dramática de la historia -que debe verse con un pañuelo a mano-, ni el nivel de interpretaciones de su elenco, donde destaca la siempre impecable Britton.