Antes del estreno de ¿Quién mató a Sara? en Netflix, las expectativas eran grandes tanto en México, donde se realizó, como también en Colombia y Chile, lugares de origen de su protagonista, Manolo Cardona, y de su creador, José Ignacio “Chascas” Valenzuela.
Pero nadie imaginaba la increíble recepción que la serie obtendría tanto en esos países como en el resto del mundo, transformándose en el título en idioma no inglés más popular de la plataforma, con alrededor de 55 millones de suscriptores viéndola tras su debut.
Esto gracias a su mezcla de suspenso, drama y conflictos familiares que, a lo largo de los 10 capítulos de su primera temporada, mostraron la historia de Alejandro “Alex” Guzmán (Cardona) al obtener su libertad después de 18 años en la cárcel por un crimen que no cometió.
El que, como se conoció al inicio del relato, cobró la vida de su hermana Sara (Ximena Lamadrid) mientras se encontraban vacacionando en la casa en un lago de los Lazcano, la acomodada familia liderada por el español César (Ginés García Millán).
El mismo que convenció a Alex de echarse la culpa del accidente de su hermana, prometiéndole que no estaría mucho tiempo tras las rejas y que además ayudaría a su enferma madre. Pero nada fue así y sólo aumentó el deseo de venganza en el muchacho.
Una crisis familiar y la verdad sobre Sara
Así, cuando él ya está en libertad se empecina en buscar al verdadero culpable, mientras inicia una inesperada y apasionada relación con la hija menor menor de los Lazcano, Elisa (Carolina Miranda), quien era una niña cuando ocurrió la tragedia.
Al mismo tiempo que se conocen las actuales vidas de los hermanos de ella. Con Rodolfo (Alejandro Nones), ex amigo de Alex y novio de Elisa, asumiendo el control de los negocios familiares, mientras José María (Eugenio Siller) trata de ser padre junto a su pareja.
Pero las cosas se van complicando aún más y llevan a un final de ciclo con los Lazcano en plena crisis familiar y Alex haciendo un gran descubrimiento: el diario de Sara que revela que sufría de problemas mentales y la ubicación de un cadáver en su propia casa.
Mismo punto en que, dos meses después, los abonados a Netflix se encuentran con la segunda temporada de ¿Quién mató a Sara? Cuando Alex descubvre restos humanos en su patio y se transforma en sospechoso de esa muerte por tener antecedentes penales.
Al mismo tiempo que José María, o Chema, se encuentra distanciado de Lorenzo (Luis Roberto Guzmán), a pesar de que iniciaron el proceso de ser padres, y Rodolfo se divorcia de Sofía (Ana Lucía Dominguez), tras descubrir la relación que ella tenía con César.
Varias revelaciones y nuevos personajes
Complicaciones personales y criminales a las que se suma el mayor protagonismo de Marifer (Litzi), la amiga de Sara, y, en las imágenes de hace dos décadas, de Nicandro (Martín Saracho), amigo de Rodolfo que habría introducido a la chica en las drogas.
Además de entregar al público mayores detalles sobre la conflictiva personalidad de Sara, introduciendo un nuevo personaje: el Dr. Alanis (Daniel Giménez Cacho), el médico que la trataba y que le da a Alex información sobre su verdadero estado mental y el origen de este.
Y como la mayor característica de ¿Quién mató a Sara? es impresionar al espectador con inesperadas revelaciones y renovados conflictos, la trama salta seis meses hacia el futuro y expone situaciones completamente diferentes y la primera de varias muertes imprevistas.
Llevando al público a bordo de una montaña rusa de emociones y peligros, que mantiene su mezcla de escenas ambientadas tanto en el presente como en el pasado, y villanos que todavía recuerdan a los grandes malvados de los culebrones mexicanos clásicos.
Por lo que el reencuentro con Alex, los Lazcano y el conflicto en torno a Sara no defraudará a los seguidores del espacio. Menos con un final que, tras ocho emisiones, sorprenderá al mostrar al culpable de la muerte de la muchacha, dejando abierta la posibilidad de una tercera temporada.