Ragnarok: la fantasía se apodera de la segunda temporada de la serie nórdica de Netflix

Ragnarok: la fantasía se apodera de la segunda temporada de la serie nórdica de Netflix
Ragnarok | Netflix

A lo largo de sus seis capítulos, el nuevo ciclo del espacio muestra a Magne en una renovada batalla con los gigantes, donde cuenta con ayuda inesperada.

Dentro de la mitología nórdica, la expresión Ragnarok (o Ragnarök) se refiere a la batalla final entre los dioses y los gigantes de fuego. Un término que el mundo de la entretención ha utilizado en la tercera película Marvel sobre Thor y en la serie homónima de Netflix.

Una última aventura audiovisual cuya primera temporada debutó a fines de enero de 2020 por la plataforma de streaming, para a lo largo de seis episodios mostrar la inusual historia que experimenta un adolescente noruego luego de retornar a su ciudad natal: Edda.

Una localidad que en la ficción se ubica en el sureste de Noruega y a la que volvieron Turid Seier (Henriette Steenstrup) y sus dos hijos, Magne (David Stakston) y Laurits (Jonas Strand Gravli), luego de que ella consiguiera trabajo en las Industrias Jutul.

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La empresa en torno a la cual vive el poblado y que pertenece a una de las familias más ricas del país: los Jutul, compuesta por Vidar (Gísli Örn Garðarsson), su esposa Ran (Synnøve Macody Lund) y sus hijos Saxa (Theresa Frostad Eggesbø) y Fjor (Herman Tømmeraas).

Los que realmente son gigantes mitológicos y a lo largo del ciclo inicial se convirtieron en los grandes antagonistas de Magne, luego que, tras su encuentro con la anciana Wenche (Eli Anne Linnestad), se reencarnara en el adolescente al poderoso dios del martillo, Thor.

Una enemistad anclada en las leyendas y que se vio aumentada por el rol de los Jutul en la contaminación de Edda y en la muerte de la activista y amiga de Magne, Isolde (Ylva Bjørkås Thedin), además del interés de Fjor en la chica que le gusta, Gry (Emma Bones).

Nuevos dioses y más entretención

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Y en la segunda temporada de Ragnarok, compuesta también por seis capítulos, el público se reencuentra con su mezcla de fantasía y drama juvenil y ecológico, poco después de lo conocido en el final de su primer ciclo, tras el enfrentamiento entre Magne y Vidar.

Cuando este último ha prometido al chico destruirlo en una gran batalla, obligándolo a recurrir al consejo de Wenche, quien le asegura que llegarán otros dioses para ayudarlo. Lo que Magne no espera es que uno de ellos sea su compañera de secundaria Iman (Danu Sunth).

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Pero a esta revelación se suma otra mayor: el verdadero padre de Laurits es Vidar, lo que viene a confirmar porque él es tan diferente a su hermano. Una noticia a la que el gigante busca sacar provecho, luego de que Fjor ha decidido alejarse de su familia.

Las cosas se complican aún más cuando Ran descubre que Wenche está en Edda y ella ha sido quien despertó en Magne sus poderes. Sin embargo, todos desconocen que también en la ciudad habita un personaje clave en este renacer de los dioses: Wotan u Odín.

Detalles con los que la nueva temporada de Ragnarok da un salto cualitativo en relación a la anterior, ya que en su relato cobra mayor importancia toda la fantasía que no llegó a desplegarse en el primer ciclo y que es clave en una serie inspirada por la mitología.

Aunque tampoco deja de lado el conflicto medioambiental que fue esencial en sus emisiones originales. Por lo que la mezcla del espacio es la misma, pero sus ingredientes han variado en cantidad, mejorando su receta y dándole mayor ritmo y, por ende, mejor sentido de entretención.

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