Los zombies invaden la ciudad, mientras los concursantes de un reality show están refugiados en su propio mundo. ¿La trama de Reality Z te suena conocida? Eso es porque la historia no es original.
Esta nueva serie brasileña que acaba de de estrenar Netflix es un remake de Dead Set, una producción que se emitió en 2008 en la TV inglesa, creada por Charlie Brooker, el mismo de Black Mirror.
En América Latina se emitó a través de I.Sat y para muchos fue una serie de culto, sobre todo para los seguidores del género zombie.
Dead Set se ambientaba en la casa del Gran Hermano Británico, mientras que Reality Z escoge como escenario de su historia un reality llamado Olimpo.
Ahí, los participantes están caracterizados como dioses y en medio de una noche de eliminación de uno de sus participantes, los zombies comienzan a atacar Río de Janeiro. Un ataque que surge de la nada y sin explicación previa.
El estudio donde se graba este reality se construyó como una especie de fortaleza y por eso el lugar es un refugio seguro frente los muertos vivientes que están arrasando todo a su paso.
Sin embargo, todo cambia en el Olimpo cuando entra ahí para refugiarse Nina (Ana Hartmann), una de las integrantes del equipo de producción del programa. Recién ahí, los “dioses” se enteran de lo que está pasando afuera.
Sólo para fans del género
Mientras Río de Janeiro y el país sufren la invasión zombie, el reality se sigue transmitiendo en vivo y en directo. De hecho, el director del espacio, Brandão (Guilherme Weber), se esconde en el estudio junto a una de las participantes, Jessica (Hanna Romannazi).
Por otro lado, Ana (Carla Rivas), una mujer que trabajó en el programa, lo ve desde su casa y se da cuenta de que el estudio puede ser el único lugar seguro para refuguiarse. Por eso hace todo lo posible por llegar hasta allá junto a Léo (Ravel Andrade), su hijo.
Y así, a lo largo de 10 capítulos se van mostrando los intentos de los diferentes personajes por salvar sus vidas. Pero los zombies están por todos lados.
De hecho, no hay mucho más: ni giros dramáticos, no grandes historias. Solo sangre y más sangre y el show que se emite sin cortes.
Según la descripción de Netflix, Reality Z es una serie de suspenso y miedo, pero ni eso provoca. Una producción tan bizarra como olvidable, solo recomendada para ultra fans del género zombie.
Mejor darse una maratón con la Dead Set original, que encuentras en el catálogo de la plataforma Filmin.