Su estreno original estaba programado para salas de cine, pero la irrupción de la variante Ómicron en la pandemia hizo que se optara por el debut de Red, la película número 25 de los estudios Pixar, directamente a través de la plataforma de Disney+.
Un lanzamiento que además hace historia al ser la primera cinta con la firma Pixar/Disney en estar dirigida en solitario por una mujer, Domee Shi, y ser su segunda realización protagonizada por un personaje de origen asiático después de Up.
Sin olvidar que con ella hace su incursión como escenario de sus largometrajes Canadá, específicamente Toronto, la ciudad a la que llegó desde China una pequeña Shi y que ahora le sirve como entorno al divertido relato que ella concibió y escribió junto a Julia Cho.
Una aventura donde la excepcional animación con la firma de Pixar se conjuga con valores domésticos y una fábula sobre crecimiento y aceptación. La cual se inicia con una imagen de unos padres y su hija, y una voz que explica que hay que honrar a la familia.
Pero esta pequeña narradora, que es ni más ni menos que su protagonista Meilin “Mei” Lee, se apresura en aclarar que si este homenaje parental es extremo puede llevar a deshonrarse a sí misma. Algo que no le pasa a ella desde que cumplió los 13 años.
Por lo que en pleno 2002 -año en que se ambienta el largometraje- Mei puede hacer lo que le interesa y hace y dice lo que quiere. Es “oficialmente una adulta” a pesar que su entorno puede verla como alguien un poco irritante y a veces como un “fenómeno”.
El inesperado cambio de la pubertad
Así, la jovencita encara el colegio y las diferentes actividades en torno a este con optimismo e independencia, al igual que su amistad con Miriam, Priya y Abby. Sin embargo, esta autonomía llega a su fin cuando se relaciona con su estricta mamá Ming Lee.
A quien cada tarde llega a ayudar con alegría a manejar el templo que la familia Lee posee hace años en Toronto, donde se honra a sus parientes y en especial a Sun Yee, antepasada que era guardiana de los pandas rojos de los bosques de China.
Pero la adolescencia ya se vislumbra en el camino de Mei y los cambios que conlleva, en especial los físicos y de carácter que en ella hacen su abrupta aparición cuando discute con su madre luego de que la hace pasar una gran vergüenza por un chico que le gusta.
Lo que es completamente inusual es que esta transición en la protagonista sea literal y abrupta, ya que una mañana amanece convertida en un gran panda rojo. Algo que en primer momento Ming Lee confunde con su transformación física en mujer.
Y lo que inicialmente para Mei es una tragedia, pronto se convierte en la manera de conseguir dinero para ir con sus amigas a escondidas al recital de su banda favorita 4-Town, cuando su nueva apariencia es aplaudida por sus compañeros.
En una sucesión de divertidos momentos donde son claves valores como la amistad, el respeto y la aceptación, además de la una bella y colorida animación -donde destaca la Mei panda- y las pegajosas canciones de 4-Town compuestas por Billie Eilish.