Ripley: el personaje literario llega Netflix en una serie tan oscura como cautivante
El actor irlandés Andrew Scott (Todos somos extraños) encarna al protagonista de las novelas de Patricia Highsmith, en el espacio de ocho capítulos que co-protagonizan Johnny Flynn y Dakota Fanning.
A pesar de ser una de las figuras claves de la literatura de suspenso, y de visitar el cine en cinco ocasiones, Tom Ripley todavía no había sido la inspiración de ninguna serie.
Hasta ahora, cuando el espacio titulado simplemente Ripley llegó a Netflix para sumar una nueva pieza a las adaptaciones centradas en el personaje creado por Patricia Highsmith.
Al cual la no menos conocida novelista estadounidense dio vida a mediados de los 50, como protagonista de El talento de Mr. Ripley (1955) y continuó como eje de una saga.
Para ahora debutar en el streaming en los ocho capítulos creados, escritos y dirigidos por el guionista Steven Zaillian (The night of), donde es encarnado por Andrew Scott.
El actor irlandés conocido por producciones como Fleabag y Todos somos extraños, que acá demuestra una vez más su talento al lograr dibujar a un personaje de diferentes capas.
Ya que, como lo construyó Highsmith en las páginas de los libros, Ripley es un individuo tan complejo como fascinante, que logra atraer y repeler a través de los relatos que conduce.
Una mirada más oscura al personaje
El cual en la madura versión de Scott es tanto un criminal como también un cínico de mirada taciturna, reconvertido en psicópata, que en ocasiones logra la empatía del público.
Ya que tal vez merezca un poco de los que otros tienen en demasía -quizás hasta sus vidas-, en este caso Dickie Greenleaf (Johnny Flynn), el heredero de un magnate astillero.
El que se refugió en Italia, el escenario esencial de esta versión de la novela de Highsmith que difiere en tono y en forma de la mirada que en 1999 ofreció El talentoso Sr. Ripley.
Ya que en el espacio creado por Zaillian la “luminosidad” de la película, con Matt Damon como el timador, es reemplazada por una imagen en un blanco y negro de alto contraste.
Una decisión creativa que se relaciona con el tono más oscuro de su relato, como también con uno de los pintores a los que sus protagonistas admiran: Caravaggio.
El pintor del barroco símbolo del claroscuro no solo por su obra, sino además por su compleja personalidad y un pasaje de su existencia marcada por el asesinato.
Los otros protagonistas del relato
La faceta criminal que también es esencial en la encarnación que Scott ofrece de Ripley, desde que es contratado por Herbert Greenleaf (Kenneth Lonergan) para buscar a su hijo.
Lo que lleva al estafador a dejar la Nueva York de 1961 y viajar hasta la costera Atrani, en Italia, donde Ripley conoce a Dickie y su novia, la escritora Marge (Dakota Fanning).
Ante los que se presenta como un viejo conocido del millonario -aunque este no lo recuerda- y rápidamente pasa a ser parte de su entorno, aceptando vivir en su casa.
Una decisión que revela la naturaleza desprendida del heredero transformado en artista, que Marge observa con recelo y será la partida de una relación con un final perverso.
En un juego criminal y de personalidades, que involucra a un viejo amigo de la pareja, Freddie Miles (Eliot Sumner), y al inspector romano Pietro Ravini (Maurizio Lombardi).
Junto a la belleza del arte y la arquitectura italiana, con sus interminables escalas, acompañada de sus pintorescos habitantes, además de algo de humor.
En el apartado más liviano -donde son claves un gato y Ravini- de una narración detallista y de ritmo pausado, que da una mirada diferente y cautivadora a Ripley y sus delitos.
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