A pocos meses de cumplir 50 años de edad, en febrero de 2024, Robbie Williams se suma a la lista de estrellas de la música que han decidido mostrar al mundo su historia.
La que en muchas ocasiones se relaciona directamente con la fama, las adicciones y la autoaceptación, elementos que también son esenciales en el trabajo dirigido por Joe Pearlman.
El que llegó a Netflix en la forma de cuatro episodios aunados bajo el simple, pero decidor título de Robbie Williams, donde claramente la figura británica del pop es el motor de su relato.
Uno que lleva al espectador por una narración anclada en la eterna búsqueda del artista por la exorcización de los demonios que lo han acompañado desde que se unió al mundo musical.
Cuando siendo un adolescente ingresó a Take That, la boy band que sería la respuesta británica a Backstreet Boys, como se conoce de primera fuente gracias al registro personal de Williams.
Las mismas grabaciones en video que se convierten en el eje del documental, junto a las entrevistas que Robbie ofreció en 2022 a Pearlman en su casa en Los Angeles.
Un relato de primera fuente
Una opción de narración que tiene la dualidad de ofrecer registros íntimos que retratan a la persona detrás del artista, al mismo tiempo que por momentos se siente algo repetitivo.
Y que además se eche de menos el clásico resumen con los datos biográficos esenciales del protagonista de la cinta o las entrevistas en el presente a sus cercanos o familiares.
Sin embargo, está la impagable posibilidad de conocer al Williams más allá del oropel de la fama o las portadas, con él mismo dando su visión actual sobre su agitada biografía.
Desde que tenía 16 años y conoció la fama rápidamente junto a Take That, al mismo tiempo que crecían los celos por el futuro como artista integral que esperaba a Gary Barlow.
Lo que como se sabe hoy no pasó, siendo finalmente Robbie quien se convirtió en estrella multiventas con canciones como Angels y Millennium, escritas junto a Guy Chambers.
Una de las figuras claves de su carrera y existencia, al igual que quienes fueron sus parejas -como Nicole Appleton (All Saints) y Geri Halliwell (Spice Girls)- y su actual esposa Ayda Field.
Con quien comparte cuatro hijos y fue su puntal para superar la adicción que junto a la depresión -y una clara baja estima corporal- han empañado su felicidad a lo largo de las décadas.