Rotten 2, la segunda temporada de esta docuserie de Netflix, trae seis nuevos capítulos en que sus creadores develan el lado b de la producción y comercialización de algunos alimentos, a veces cubiertas con un manto de dudas y desconfianzas. Negocios “podridos”, como dice el nombre de la serie.
Uno de estos nuevos episodios, el primero (titulado La Guerra del Aguacate), está dedicado en gran parte a un tema que preocupa a los chilenos: la crisis de agua que en la Provincia de Petorca, Región de Valparaíso, ha provocado el cultivo de paltas.
Una escasez hídrica que tiene que ver con el cambio climático, pero que se ha visto agudizada, según los habitantes de esa zona, por el uso indiscriminado del agua para riego.
En el documental se muestra cómo la palta se ha convertido en “oro verde” en las últimas décadas, un superalimento que ha llevado a que en México sea un bien codiciado por las mafias ligadas al narcotráfico, mientras que en EE.UU. la zona de California ha sido invadida por cultivos en las laderas de los cerros, en una región donde también empieza a escasear el agua.
Aquí se muestra cómo los habitantes de Petorca reciben agua en camiones aljibe y cómo el río Ligua está seco, cuando hace unos años atrás servía hasta para que los niños se refrescaran en verano. Un problema producido en gran parte, según el documental, por la priorización de la producción agrícola por sobre el consumo humano.
Uno de los momentos álgidos del episodio es cuando Rodrigo Mundaca, conocido activista de esa zona, hace un llamado a los comerciantes y a los consumidores de otras latitudes a no comprar palta chilena “mientras se viole el derecho humano al agua”, señala categórico.
Vino, agua y azúcar de caña
En estos seis nuevos capítulos de Rotten hay otros temas muy interesantes, como la esclavitud que enfrentan los trabajadores de la caña de azúcar en diferentes países, el enojo radical de los productores de vino de una zona de Francia que ven cómo su producto es reemplazado por vino español, más barato y de menor calidad, y el “negociado” del agua envasada que ha secado ríos y manantiales.
En la serie, incluso, se denuncia cómo grandes corporaciones envasan agua de las cañerías con tal de lucrar.
Un buen equilibrio entre entrevistas cara a cara, gráficos informativos, y muchos hechos y cifras hacen de éste uno de los mejores documentales de Netflix, una producción que nos acerca a problemas lejanos y a la vez cercanos, en un mundo tan globalizado.