Rumbo al infierno: la atrapante e inquietante nueva serie surcoreana de Netflix
Yeon Sang-ho, el director de Estación zombie, es el realizador del espacio de seis capítulos que mezcla el drama, la violencia y lo sobrenatural, a través de un relato donde extrañas criaturas condenan brutalmente a los humanos al infierno.
“Ese día… era un día común y corriente”. Con esa simple frase se presentan al mundo los minutos iniciales de Rumbo al infierno, la nueva serie surcoreana de Netflix que carga con el peso de debutar después del fenómeno mundial en que se convirtió El juego del calamar.
Un desafío detrás del cual se encuentra Yeon Sang-ho, quien hace cinco años sorprendió a la crítica y el público con Estación zombie -también conocida como Tren a Busan-, la cinta que vino a dejar alta la vara en relación a las películas de terror y los no-muertos.
Un realizador que se hizo de un nombre en su país natal gracias a corrosivos filmes animados para adultos, por lo que no es de extrañar que junto al dibujante Choi Gyu-seok creara la webtoon, o historieta digital, titulada Infierno (jiog en el coreano original).
Un cómic que explora a través de sus dibujos en blanco y negro la historia de cómo surge el caos social después de que suceden graves hechos paranormales, que son aprovechados por un grupo religioso. El cual llega hoy al streaming convertido en una atrapante serie.
La cual está compuesta de seis episodios, cuyo inicio tiene como escenario el mencionado “día común y corriente”. Un 10 de noviembre de 2022 cuando en Seúl un grupo de personas se encuentra en una cafetería, entre los cuales llama la atención un preocupado hombre.
El inicio de la pesadilla
El mismo individuo que mira con nerviosismo la hora en su celular, mientras jóvenes clientes hablan sobre un extraño video y la especie de secta que lo ha difundido. Sin embargo, la conversación se ve interrumpida por la aparición de tres terroríficas criaturas.
Seres de gran tamaño y musculatura, que parecen estar compuestos por humo y llegan directamente hacía el alterado hombre del celular, golpeándolo fuertemente mientras escapa del local. Al estar fuera, continúan con el violento ataque hasta que lo hacen arder.
Un hecho que impacta a los testigos directos como a todos los que vieron el paranormal acto en los videos que se subieron a redes sociales. El que para la policía es un asesinato que debe investigarse como tal, pero no para los integrantes de La Nueva Verdad.
La organización religiosa liderada por el Presidente Jung Jin-soo (Yoo Ah-in), quien desde hace una década viene investigando estas “demostraciones”, que para él son realizadas por seres envíados por Dios para castigar a los pecadores y enviarlos al infierno.
El cual le asegura a uno de los policías a cargo de la investigación, Jin Kyung Hoon (Yang Ik Joon), que el deseo de Dios es que los humanos vivan con justicia y que el miedo los lleve al arrepentimiento. Al mismo tiempo que una dueña de casa recibe una extraño aviso.
Entre lo paranormal y el fanatismo
Su nombre es Park Jeong-ja (Shin-rok Kim) y en su casa aparece de la nada la cabeza de un ser -un ángel para La Nueva Verdad- que le advierte que morirá en cinco días e irá al infierno. Lo que la lleva a buscar ayuda con la abogada Min Hye-jin (Kim Hyun-joo).
Pero la ayuda legal que necesita no se relaciona con la advertencia en sí, sino que con los millones que el culto encabezado por Jung le ha ofrecido por transmitir la “demostración” de la que será protagonista. Dinero que quiere que quedé para sus dos pequeños hijos.
Sin embargo, existe otra una pieza clave en esta historia: La Lanza, un grupo extremista que sigue a La Nueva Verdad y cuyos jóvenes integrantes están dispuestos a hacer justicia con sus propias manos, teniendo como víctimas a todos quienes duden del deseo divino.
Así, entre lo paranormal y el fanatismo, el drama y la violencia, se va desarrollando Rumbo al infierno. Donde además son claves, para mantener siempre en alerta al espectador, diferentes revelaciones y un traslado a cuatro años en el futuro, donde cambia su protagonismo.
El cual recae en los nuevos y radicales dirigentes de La Nueva Verdad, la atribulada pareja cuyo recién nacido recibe la alerta “angelical” de su pronta muerte, y los integrantes de la misteriosa empresa Préstamos Sodo, entre los que se cuenta un ya conocido personaje.
En un giro narrativo que reafirma la calidad y creatividad de la nueva producción surcoreana de Netflix, que comparte con Estación zombie el hecho de que el miedo que genera no nace de las criaturas sobrenaturales que son parte de ella, sino de las atrocidades que es capaz el ser humano.
Comentarios