La acción con acento chileno está de vuelta en Prime Video con Sayen: la ruta seca, la secuela de la película nacional que debutó en la plataforma hace siete meses.

Donde se conoció la aventura original de Sayen (Rallen Montenegro), la joven mapuche que en esa primera cinta se enfrentó a los hombres de Máximo Torres (Enrique Arce).

El director de una empresa multinacional que envió al sur chileno a sus subordinados y su hijo Antonio (Arón Piper) para conseguir las tierras que eran de propiedad de la abuela de la chica.

Lo que buscaron con la excusa de convertir el lugar en una reserva ecológica, aunque realmente querían el terreno, porque bajo su superficie se escondería una gran cantidad de cobalto.

Pero todo salió mal y la ambición de los visitantes causó la muerte de la abuela de Sayen y que ésta debiera huir a pie y en motocicleta por los bosques de la Araucanía para salvar su vida.

En una carrera por su subsistencia que la empujó a provocar la muerte de Antonio y a viajar hacia el norte del país, para vengar la muerte de su abuela y detener los planes de Torres.

La peligrosa tarea de Sayen en el desierto

Un cometido que Sayen busca concretar en solitario y con otra apariencia, al mismo tiempo que el español presenta el nuevo proyecto de la empresa Action: una reserva en el desierto.

La que claramente se víncula con la explotación económica de un sector de Atacama, que será perjudicial para la ecología y la población local, como pronto lo descubre la protagonista.

Quien rápidamente conseguirá como aliada a Qumal (Katalina Sánchez), la hija de un profesor de la zona que fue engañado por Torres y sus peligrosos empleados y aliados.

Entre los que se cuentan su mano derecha Aguilar (Eyal Meyer), el senador corrupto Salazar (Alfredo Castro) y un grupo de criminales locales que trabajan para Action.

Uno de los cuales es el joven Gaspar (Jorge López, Élite), quien inesperadamente se convierte en una pieza esencial en la peligrosa misión que Sayen y Qumal tratarán de concretar.

Todo nuevamente bajo la dirección del chileno-estadounidense Alexander Witt y en medio de una sucesión de adrenalínicas escenas, que involucran varias peleas y persecuciones.

Además de algo de drama y el espíritu de promoción turística que ya fue parte de la primera Sayen, que ahora cambia la Araucanía por Atacama, manteniendo su acción simple y funcional.

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