En los últimos años, nombres como los de Lewis Hamilton y Max Verstappen se han tomado la Fórmula 1 con sus triunfos. Sin embargo, todavía hay un piloto que simboliza el automovilismo incluso más allá de las carreras y escuderías: Michael Schumacher.
La popular figura alemana del deporte motor que llega a Netflix como el centro de Schumacher, el documental germano dirigido por Hanns-Bruno Kammertöns, Vanessa Nöcker y Michael Wech, que ofrece un recorrido por la carrera y la vida del automovilista.
Y lo más importante: en sus minutos finales entrega algunos detalles de la condición actual del deportista, quien en diciembre de 2013 sufrió un grave accidente mientras esquiaba que le provocó una lesión cerebral, que habría afectado su condición general hasta hoy.
Una ruta audiovisual que tiene como su escena inicial un video donde Schumacher bucea junto a su esposa e hijos. La calma familiar que luego se quiebra con él pilotando en un Gran Premio de Mónaco, mientras su voz en off afirma que “tienes que ser uno con el auto”.
Las dos caras, la familiar y la profesional, por las que transitarán los siguientes 110 minutos de la cinta, donde son claves las imágenes de archivo -de noticieros, personales y de las escuderías-, y entrevistas a sus familiares, colegas y a especialistas en automovilismo.
De esta manera se revive su plano profesional, desde que debutó en la F1 en 1991 con el equipo Jordan en el Gran Premio de Bélgica. Donde el novato alemán se codeó por primera vez con figuras del momento como Ayrton Senna, Nigel Mansell y Alain Prost.
Sus triunfos deportivos y su vida familiar
Y fue precisamente su buen desempeño en el circuito de Spa, llegando séptimo en la clasificación, lo que lo llevó a ser contratado casi de forma inmediata por la escudería Benetton, con la que estuvo hasta 1995 y ganó su primer Campeonato de Conductores.
Además de ser testigo de una de las grandes tragedias del automovilismo: el accidente en el Gran Premio de San Marino que costó la vida del piloto Ayrton Senna, ya que él iba detrás del brasileño cuando chocó contra la curva Tamburello en el circuito italiano de Imola.
Pero en 1996, Schumacher se cambió al equipo con el que escribiría su leyenda: Ferrari, la escudería italiana junto a la que ganó cinco campeonatos mundiales, a pesar de que, como lo revela el documental, los autos que manejó allí en los primeros años no eran perfectos.
Triunfos y desafíos deportivos que se van entretejiendo con detalles sobre su vida personal. Como su infancia en el oeste de Alemania, donde probaba y corría en los autos de la pista de go-kart que manejaba su padre, mientras su madre se hacía cargo del pequeño restaurante familiar. O su relación con Corinna Betsch, su esposa y madre de sus dos hijos.
La misma que en las escenas finales se refiere a la actual situación de su marido, afirmando que “todos extrañan a Michael, pero Michael está aquí. Es diferente, pero está aquí y eso nos da fuerzas (…) Hacemos terapias y todo lo posible por mejorar a Michael”.
Un cierre agridulce para un documental hecho con el apoyo familiar, que se convierte en un homenaje a la estrella del automovilismo que traspasó las barreras de la F1, alcanzando una popularidad que incluso lo llevó a ser un personaje de la película Cars: el auto deportivo Michael Schumacher Ferrari.