Seis episodios de cerca de una hora que captarán por completo tu atención. Eso es lo primero que se puede decir de la serie de Netflix El Perfume, un thriller estrenado el 21 de diciembre por la plataforma de streaming.
Aquí, todo parte con el hallazgo del cadáver de una joven cantante, al que le han extirpado las glándulas odoríferas de las axilas y el pubis.
Alarmada, la policía comienza a indagar el crimen y es una investigadora la que empieza a sospechar del grupo de amigos de la occisa, miembros de una especie de club secreto obsesionado con el libro El Perfume —el best seller de Patrick Süskind publicado en 1985— y con sintetizar los aromas de la naturaleza, incluidos los humanos.
Muy bien construida —con un guión atractivo y una factura impecable, mérito del director Philipp Kadelbach—, esta serie alemana no es un dechado de parafernalia y vértigo.
Por el contrario, la trama avanza pausada, delicada incluso, intrigante y oscura, para mostrar el presente de la investigación policíaca y el pasado de ese grupo de jóvenes.
Entre alocados y parias, ellos son muy diferentes unos de otros, pero todos caen en sospecha de los detectives y de los espectadores, que de a poco van descifrando pistas para formarse una opinión propia.
Las actuaciones son otro puntal de la serie, que tiene a la magnífica Friederike Becht en el rol de Nadja, la peculiar policía que encabeza las pesquisas.