Sex education: los alumnos retornan a Moordale en la imperdible tercera temporada de la serie juvenil de Netflix
El aplaudido y audaz espacio vuelve con un renovado ciclo de ocho capítulos, donde una nueva directora llega a la secundaria dispuesta a cambiarlo todo, mientras alumnos, profesores y apoderados lidian con el amor y el sexo.
Tras su debut en Netflix en enero de 2019, Sex education vino a confirmar que una serie puede ser tan buena como divertida, mostrando las vivencias estudiantiles y personales, más bien sexuales, de los alumnos de la ficticia secundaria Moordale en un sector rural de Inglaterra.
El espacio creado por Laurie Nunn que en su primer ciclo mostró a Otis (Asa Butterfield) y Maeve (Emma Mackey) ofreciendo consejos sexuales a sus compañeros en los baños abandonados del colegio, a escondidas de los profesores y el director del lugar.
Al mismo tiempo que la mamá de Otis, Jean (Gillian Anderson), lidiaba con su trabajo como terapeuta sexual, la responsabilidad de ser madre soltera y su despreocupada vida “romántica”. Sin olvidar al resto de estudiantes más cercanos a los protagonistas.
Entre ellos Eric (Ncuti Gatwa), el mejor amigo de Otis; la ingenua y adinerada Aimee (Aimee Lou Wood); el abusivo hijo del director Groff, Adam (Connor Swindells), y Jackson Marchetti (Kedar Williams-Stirling), el estudiante líder de Moordale y nadador estrella.
Sin olvidar a personajes que en la segunda temporada fueron aumentando su importancia en la trama, como la estudiosa Viv (Chinenye Ezeudu) u Ola (Patricia Allison), quien fue novia de Otis y además es hija de Jakob (Mikael Persbrandt), el interés amoroso de Jean.
Todos lo que retornan en el esperado tercer ciclo de Sex education, que retoma el relato poco después de lo visto en los capítulos finales de la entrega anterior, cuando los estudiantes retornan a clases luego de las vacaciones, con varias parejas consolidadas.
Nuevos conflictos y desafíos para sus protagonistas
Entre ellas las de Eric y Adam, junto a la de Ola y la fanática de los alienígenas Lily (Tanya Reynolds), además de Otis, quien a escondidas de todos ha mantenido una relación veraniega, basada más que nada en el sexo, con la popular Ruby (Mimi Keene).
Sin olvidar a los adultos. Con Jean tratando de decirle a Jakob que está embarazada, el ex director Groff viviendo junto a su hermano Peter (Jason Isaacs) y la mamá de Maeve, Erin (Anne-Marie Duff), aún enojada con su hija después de que la denunció con servicios sociales.
Pero una pieza clave se suma en la tercera temporada: Hope Haddon (Jemima Kirke), la nueva directora de Moordale que llega decidida a borrar la mala fama del colegio, conocido como “la secundaria del sexo” tras un brote de clamidia y el sexualizado musical de Lily.
Quien casi inmediatamente deja atrás la imagen de directora comprensiva y moderna que dio al inicio, para convertirse en una dura figura que hará que los alumnos vistan uniforme, caminen por vías delimitadas y sean castigados por actuar diferente al resto.
Aunque hay algo que se mantiene sin cambio: la gran atracción que Otis y Maeve sienten el uno por el otro, a pesar del avance sexual y romántico de él con Ruby, y que ella esté enfocada en sus estudios y haya encontrado compañía con Isaac (George Robinson).
Los conflictos y relaciones que se van afianzando, o acabando, a lo largo de los ocho capítulos de un ciclo que reafirma a Sex education como una de las mejores series de Netflix; gracias a su indeleble mezcla de humor, audacia y drama, y la capacidad de sorprender a su público con cada temporada.
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