Con una plataforma de streaming, es fácil que Disney se atreva a producir series con personajes de Marvel muy interesantes, pero menos notorios como She-Hulk, la heroína creada por Stan Lee.
La cual debutó en los cómics a fines de los 70 y ahora pasa a la pantalla en el espacio de nueve capítulos, concebido por Jessica Gao, que muestra en tono de comedia las vivencias de Jennifer Walters.
La joven abogada que en la historieta se volvía poderosa cuando su primo, el científico Bruce Banner -alias Hulk-, le tuvo que transferir su propia sangre con rayos gamma luego de que recibiera un disparo.
Algo que es modificado en su variante en acción real, ya que su aventura se inicia cuando Jennifer (Tatiana Maslany) viaja tranquilamente con su primo Bruce (Mark Ruffalo) en automóvil por una carretera.
Pero la aparición de una nave espacial -posiblemente sakaariana- provoca que su auto termine volcado y ellos heridos, momento en que sus sangres se combinan en el cuerpo de la profesional.
Lo que empuja a Banner, en su versión de Hulk Inteligente, a llevarla a su refugio en la costa de México, donde le explica a su prima que ahora ella también cambia cuando es atacada por la ira.
En la defensa de conocidos personajes Marvel
Pero pronto se sabe que la nueva y verde versión de Jennifer, o Jen, posee la fuerza extraordinaria de Hulk, pero puede mantener su personalidad e inteligencia a pesar de su gran cambio corporal.
Por lo que pronto abandona a su primo para volver a su trabajo en la oficina del fiscal y luego en el bufete donde asume la defensa de personas con poderes, como Emil Blonsky (Tim Roth), alias Abomination.
En un retorno a su vida “normal”, que de normal ya no tendrá mucho, donde contará con el apoyo de su asistente y amiga Nikki (Ginger Gonzaga), y enfrentará a su eterna némesis Titania (Jameela Jamil).
Quien en esta versión conserva su gran fuerza, pero es una influencer. Un “problema” que se suma al desafío de Jen de moverse en una carrera y un ámbito -el de los superhéroes- dominados por los hombres.
Retos e inusuales situaciones de las que ella misma opina con el público, rompiendo la cuarta pared -al igual que lo hace en el cómic-, mientras trata de mantener su profesionalismo intacto.
Y aunque los efectos digitales que la hacen She-Hulk son imperfectos, la serie de Disney+ mantiene su encanto, convirtiéndose en el espacio sobre abogados (y paladines) más singular de la pantalla.