Después de que Rustin mostrará al carismático activista por los Derechos Civiles de los 60, Shirley llega a Netflix para revelar al mundo a otra figura de la política estadounidense.
Lo que la película dirigida y escrita por John Ridley concreta con el eje de su trama situado a comienzos de los años 70, cuando Shirley Chisholm encara un pasaje clave.
El momento en que la primera congresista afroamericana volvió a hacer historia como candidata a la presidencia por el Partido Demócrata, protagonizando una audaz campaña.
En un relato que tiene su mayor fortaleza en la actuación de Regina King, quien encarna a Chisholm con el talento ya demostrado en títulos como Watchmen y Si la colonia hablara.
Lo que ella concreta en compañía una buena ambientación de época, un sólido elenco y la mirada fílmica de Ridley dispuesta a revelar las luces y sombras de la decidida congresista.
Chisholm piensa en la presidencia
Para lo que comienza con un rápido vistazo a su carrera política, desde que es elegida para integrar el Congreso desde 1968, tras ser parte de la Asamblea Estatal de Nueva York.
Sin embargo, pronto se llega al momento que marca el verdadero inicio del relato: cuando es la Navidad de 1971 y Chisholm decide convertirse en candidata a la presidencia.
Lo que efectúa con la ayuda de su esposo Conrad (Michael Cherrie) y sus aliados políticos Wesley McDonald “Mac” Holder (Lance Reddick) y Arthur Hardwick Jr. (Terrence Howard).
A los que pronto se suma Robert Gottlieb (Lucas Hedges), el estudiante de Leyes blanco que fue asistente de la congresista y ahora será su coordinador nacional de estudiantes.
Las piezas claves de una campaña que tiene como director a Stanley Townsend (Brian Stokes Mitchell) y como objetivo las primarias democráticas de junio del 72.
Los dificultades de una campaña
A la cual Chisholm debería llegar con 1.500 delegados que le permitirán seguir en su carrera a la presidencia para su partido, teniendo como su motivación representar al pueblo.
En especial a las mujeres, las minorías raciales y a los jóvenes, que serán cruciales en esta elección, ya que por primera vez los mayores de 18 años tendrán derecho a voto.
Pero a pesar de su perseverancia, la decidida Shirley deberá enfrentar a oponentes como el gobernador George C. Wallace (W. Earl Brown), pero esencialmente a la misoginia.
Además de ser víctima de un ataque sin mayores consecuencias en una universidad y que los medios la dejen fuera de los debates televisivos a dos meses de la convención.
Al mismo tiempo que encara problemas con su matrimonio y su hermana, sin imaginar aún que en el plano político tendrá una sorpresa amarga por parte de un colega muy cercano.
Lo que la película revive con un ritmo de narración en ascenso y momentos destacados, como cuando Chisholm se reúne con un dirigente del partido Pantera Negra.