Skylines, una serie alemana en Netflix al ritmo del gangsta rap
El rap y el crimen van de la mano en Skylines, la nueva serie alemana de Netflix, sobre los negocios sucios que se esconden detrás de un sello de hip hop.
El catálogo de buenas series alemanas en Netflix sigue creciendo. A las recomendables Dark y How to sell drugs online (fast), por nombrar un par, se suma ahora Skylines.
Si te gustan las producciones sobre criminales, deberías agregar esta a tu lista de pendientes por ver, porque se sale de los tópicos del género.
De partida, no está ambientada ni en Nueva York ni en algún barrio marginal de América Latina, sino en Frankurt, el centro financiero de Alemania.
Además, aquí se mueven al ritmo de rap, o más bien el gangsta rap, ese donde las rimas son sobre la violencia y la vida criminal.
De hecho, todo gira en torno a una compañía disquera de hip hop, Skyline Records, liderada por el rapero Kalifa (Murathan Musluy) y su hermano Ardan (Erdal Yildiz), un traficante que vuelve después de años ausente.
Ese ese sello quien pone sus ojos y su dinero en Jinn (Edin Hasanovic), un joven beatmaker que se ilusiona con crear las bases más increíbles.
Pero eso se sueño no es tan fácil de cumplir, sobre todo sin en su camino se interponen los turbios negocios que hay detrás de Skyline Records.
Los bajos fondos de Frankurt
Tienes que darle tiempo a Skylines, porque no es una series de esas que atrapan desde el comienzo.
De hecho, el primer el capítulo uno de esta primera temporada es como uno de esos rompecabezas de muchas piezas dispuestas sin orden alguno sobre una mesa.
Es recién en el segundo -o quizás en el tercer episodio- cuando las piezas comienzan a encajar. Ahí es donde todo empieza a tener sentido y donde la serie se pone realmente interesante.
Sucede cuando nos vamos enterando de la historias ocultas de los distintos personajes, como la de Sara (Peri Baumeister), la detective que investiga los negocios sucios de Skyline y que tiene un pasado con Kalifa.
O la del padre de Jinn, un banquero al que extorsionan por usar información privilegiada y que no duda en recurrir a criminales para salvar su pellejo.
Entre medio, hay mafias albanesas, informantes serbios, raperos kurdos y mucho hip hop, del más crudo que podrás escuchar.
Y aunque no aparece en los créditos, uno de los protagonistas de Skylines es Frankurt y sus bajos fondos.
La urbe como el escenario oscuro, opresivo y asfixiante donde los criminales se mueven a sus anchas es uno de los grandes aciertos de esta serie alemana, que gana con cada episodio.
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