A dos años del debut de su serie por Netflix, Alina, Mal y Los Cuervos están de vuelta en la segunda temporada de Sombra y hueso, donde los peligros y poderes se multiplican, literalmente.

Ya que en esta nueva entrega, la poderosa grisha y los jóvenes bandidos enfrentan más complicaciones, luego que el espacio para el streaming uniera sus destinos en la primera temporada.

Una decisión tomada tanto por Leigh Bardugo, la autora de los libros en que se basa la producción seriada, como por el responsable de llevar sus páginas a la acción real, Eric Heisserer.

El principal responsable de combinar a los protagonistas y hechos de la trilogía Grisha con los personajes de la duología Seis de cuervos, en la transición a la pantalla del denominado Grishaverso.

Lo que permitió conocer a una renovada Alina Starkov (Jessie Mei Li), la chica que aquí creció en un orfanato entre las burlas de los otros niños por ser mitad Shu Han, un pueblo al sur de Ravka.

La principal misión para Alina

El reino, similar a la Rusia del siglo XIX, en cuyo ejército Alina trabajaba como cartógrafa hasta que se enfrentó con la Sombra y su barrera de oscuridad, descubriendo que no solo era una grisha.

Porque Alina es parte del grupo que puede manipular mágicamente los elementos, pero además es la mítica y poderosa Invocadora del Sol, que algún día podría eliminar a la Sombra.

Una misión que decide encarar tras escapar del General Kirigan (Ben Barnes), o invocador conocido como El Oscuro, con la ayuda del joven criminal Kaz Brekker (Freddy Carter) y sus secuaces.

Quienes son Inej (Amita Suman) y Jesper (Kit Young), y al inicio del nuevo ciclo retornan junto a Kaz a Ketterdam, para descubrir que el mafioso Pekka Rollins (Dean Lennox Kelly) les quitó su club.

Al mismo tiempo que Alina y Mal (Archie Renaux), su amigo de la infancia y objeto amoroso, viajan hasta Novyi Zem para obtener información sobre el primer amplificador que aumentará su poder.

Un antagonista más vivo que nunca

Pero la joven es descubierta por soldados y escapa en el barco de Sturmhond (Patrick Gibson), quien pronto se asocia con ella, como también Tolya (Lewis Tan) y Tamar (Anna Leong Brophy).

Y si de alianzas se trata, luego de convertirse en prófugos de Rollins y la policía de Ketterdam, Los Cuervos suman a sus planes al joven experto en explosivos Wylan (Jack Wolfe).

Como también a Nina (Danielle Galligan), la grisha que se enamoró de su captor, el Drüskelle o cazador de brujas Matthias (Calahan Skogman), y ahora busca sacarlo de la cárcel.

Aunque hay otro personaje, esencial en la primera parte de la serie, que no hay que olvidar: Kirigan o El Oscuro, quien supuestamente había muerto en la Sombra, pero está más vivo que nunca.

Además de decidido a usar su poder y a los monstruos que lo acompañaron desde la oscuridad, siempre con la particular mezcla de seducción y amenaza que es parte de su personalidad.

El principal antagonista de un relato que redobla los peligros para sus protagonistas, manteniendo a Sombra y hueso como una de las mejores y más entretenidas adaptaciones literarias de Netflix.

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