Aunque está ambientada en Nueva York, Sospecha mortal es un ejemplo de la cooperación internacional, ya que fue producida en Reino Unido, con un elenco multinacional y la base de su relato es una novela realizada por el dúo sueco conocido como Roslund & Hellström.
El nombre bajo el cual escribían el periodista Anders Roslun y el desaparecido ex convicto Börge Hellström, quienes entre 2004 y 2017 se hicieron de un lugar en la literatura, dando vida a siete libros que siempre tenían como eje el mundo criminal y su borrosa moralidad.
Como en el caso de Tre sekunder (Tres segundos), su volumen de 2009 donde narran una historia desde el punto de vista de un ex convicto convertido en informante, como también del de los detectives de la policía que son parte de la operación del doble agente.
Sin embargo, Sospecha mortal, el thriller que debuta en Netflix, traslada su acción desde Estocolmo para instalarse en las afueras de la Gran Manzana, donde vive Pete Koslow (Joel Kinnaman) junto a su esposa Sofia (Ana de Armas) y a su pequeña hija Anna (Karma Meyer).
Un veterano de las fuerzas especiales estadounidenses que en la actualidad forma parte de la banda criminal que lidera el capo de la mafia polaca conocido como El General (Eugene Lipinski). Pero, al mismo tiempo, Koslow también trabaja como informante para el FBI.
Última labor en la que debe ayudar a ligar a su jefe con el tráfico de fentanilo, un costoso opiáceo. Sin embargo, el plan no va como se espera y un abortado intercambio deja como víctima a un policía encubierto y al doble agente a merced del capo mafioso y el FBI.
Una doble y peligrosa misión
Esto porque El General obliga a Koslow a volver a la cárcel, donde hace varios años lo enviaron por matar a un hombre en una pelea. Lugar del que lo liberaron los federales, encarnados en la agente Wilcox (Rosamund Pike), para usarlo como infiltrado en la mafia.
La idea del capo es que él vigile su red de narcotráfico dentro de la prisión de Bale Hill, mientras su contacto en el FBI le pide que una vez dentro de la cárcel busque a los compradores del mafioso en su interior, para tener las pruebas suficientes que les permitan atraparlo.
Pero las cosas no salen como se esperaba y Koslow deberá enfrentar el peligro de ser eliminado antes de obtener la información necesaria. Al mismo tiempo que Sofia y la pequeña Anna quedan expuestas a El General y sus violentos hombres.
Sin embargo, existe otro nombre clave en el devenir del relato: Edward Grens (Common), un agente de la División del Crimen Organizado de la policía de Nueva York, que está en la búsqueda de quien eliminó a su compañero hace unos días.
Así, con todas las piezas en el tablero de juego, tanto del lado criminal como del policial, el director de la cinta, el italiano Andrea Di Stefano (Escobar: paraíso perdido), comienza a guiar al espectador por un relato cada vez más ágil y violento.
Lo que convierte a Sospecha mortal en un buen thriller, que con seguridad no cambia la historia del género, pero logra entretener a sus seguidores a lo largo de casi dos horas de metraje. El que además cuenta en su elenco con sólidas figuras como Rosamund Pike y Ana de Armas.