Desde su debut en el servicio de Netflix, en julio de 2016, quedó claro que Stranger things había llegado a la pantalla para hacer historia. La cual, tras tres temporadas, estrena una penúltima entrega aún más oscura.
Un ciclo dividido en dos partes, con siete episodios ya en la plataforma y los dos finales a debutar el 1 de julio, que viene a complementar una narración donde la ficción se conjuga con el terror, el drama y mucha nostalgia.
Esto porque el espacio concebido por Matt y Ross Duffer, o los Hermanos Duffer, decidió establecer su relato en los 80, llevando a gran parte de la audiencia a un viaje por la cultura pop de su infancia o adolescencia.
El que estableció como escenario de su acción, y sus paranormales peligros, al poblado ficticio de Hawkins, Indiana, donde la desaparición del pequeño Will Byers (Noah Schnapp) puso en alerta a sus amigos y familia.
Así, mientras su madre, Joyce Byers (Winona Ryder), buscaba una señal de Will en casa al borde la locura, sus amigos Mike (Finn Wolfhard), Lucas (Caleb McLaughlin) y Dustin (Gaten Matarazzo) rastreaban el poblado.
Tres temporadas marcadas por el peligro
Pero ellos encontraron algo inesperado: una niña, que sería conocida como Eleven (Millie Bobby Brown) -o simplemente El-, y se convertiría en su amiga, mientras ella revelaba sus poderes telepáticos y psicoquinéticos.
En el inicio de una gran aventura que los llevaría a enfrentarse al gobierno y los experimentos del Dr. Martin Brenner (Matthew Modine), como también al terrorífico mundo paralelo del Otro Lado.
Un sitio que en segundo ciclo engendró al Demogorgon y luego al Desuellamentes, mientras en el mundo real sus jóvenes protagonistas, con Will de vuelta a la realidad, sumaron a su grupo a Max (Sadie Sink).
La chica que se convirtió en la mejor amiga de Eleven, mientras en el mall Starcourt Steve (Joe Keery) y Robin (Maya Hawke) ayudaron a Dustin a revelar la presencia de rusos que querían abrir un portal al Otro Lado.
Un plan que detuvieron Joyce, el jefe de la policía y padre adoptivo de El, Hopper, (David Harbour), y su inusual amigo experto en conspiraciones y rusos, Murray (Brett Gelman), en el cierre del tercer ciclo.
El inicio de una escabrosa temporada
Y es un poco después de ese desenlace, que incluyó la desaparición de Hopper y que Eleven perdiera sus poderes, que el público se reencuentra con Stranger things y más peligros, en el plano real como en el paranormal.
Ya que mientras El, Will, Joyce y Jonathan (Charlie Heaton) tratan de tener una nueva vida en un sector de California, las cosas en Hawkins vuelven a complicarse con los terroríficos ataques a jóvenes del pueblo.
Los que pronto se descubren son realizados por una entidad demoníaca llamada Vecna, a la que buscan eliminar Dustin, Lucas, Robin, Steve y Nancy (Natalia Dyer). Al mismo tiempo que Eleven vive su propia pesadilla.
La que surge cuando acepta que el Dr. Owens (Paul Reiser) la ayude a recuperar sus poderes y le enfrenta a sus peores recuerdos. Al mismo tiempo que un muy vivo Hopper trata de escapar de sus captores rusos.
En el inicio del penúltimo ciclo de una de las series más populares de Netflix, donde nuevamente se conjuga el horror con la ficción y los conflictos sentimentales de sus jóvenes protagonistas, para comenzar a decir adiós de la mejor forma.