Sweet girl: Jason Momoa busca venganza en la nueva película de acción de Netflix
El actor hawaiano es el protagonista de la cinta donde un padre de familia clama justicia, luego de que su esposa muere a causa de los turbios manejos de una empresa farmacéutica.
La venganza ha sido eje de dramas, thrillers y películas de acción donde el protagonista busca hacer justicia con sus propias manos. Apartado al que, tras Keanu Reeves en John Wick o Liam Neeson en Búsqueda implacable, se suma Jason Momoa en Sweet girl.
La cinta de Netflix donde el actor hawaiano, famoso por Aquaman y Game of thrones, cumple el doble rol de productor -junto su empresa Pride of Gypsies- y encargado de interpretar el rol principal de Ray Cooper, a quien el público conoce en la enérgica escena inicial de Sweet girl.
En la cual se ve cómo él escapa por las graderías del estadio de béisbol PNC Park de Pittsburgh, para luego subir al techo del lugar, donde una agente del FBI trata de detener su escape conversando. Sin embargo, Cooper se lanza al río que corre a un costado.
Sin revelar su destino, la trama viaja algunos años atrás, cuando él, su esposa Amanda (Adria Arjona) y su pequeña hija Rachel (Milena Rivero) acampan en un bosque. Pero un tiempo después, el cáncer retorna a la vida de Amanda y debe ser hospitalizada.
Y es en la clínica que el Dr. Wu (Reggie Lee) les da la buena noticia a Ray y una adolescente Rachel (Isabela Merced) que está a punto de aprobarse el medicamento Spero, que es la versión genérica de la costosa droga Infirmam que fabrica BioPrime.
Sin embargo, esta última empresa farmacéutica logra frenar la producción de su competencia y afecta indirectamente a Amanda, ya que la familia no puede seguir costeando el tratamiento original. Lo que la lleva a un trágico desenlace.
Con un asesino tras sus pasos
Pero poco antes del fallecimiento de su esposa, Cooper se había comunicado vía telefónica con el director de BioPrime, Simon Keeley (Justin Bartha) -mientras era entrevistado en CNN-, y lo amenazó de muerte si su esposa era afectada por el boicot a Spero.
Una amenaza que algunos meses había quedado en el pasado hasta que un periodista contacta al viudo padre de familia para hablar sobre información que maneja acerca de los sobornos de Keeley y BioPrime, por lo que lo cita en una estación del subterráneo local.
Sin embargo, cuando el reportero le está revelando su investigación, aparece un hombre -que más tarde se sabrá que es un sicario- con un puñal y asesina al profesional, para luego ir tras Cooper y su hija, quien siguió a escondidas a su padre a la misteriosa cita.
Una de las varias muertes que forman parte de Sweet girl y que marca el inicio de un relato donde los protagonistas -Cooper y Rachel- escapan del FBI y el asesino, en tanto tratan de descubrir quién le pagó a este último y quién está ligado al complot farmacéutico.
Donde también se ven involucrados dos detectives del FBI, Sarah Meeker (Lex Scott Davis) y John Rothman (Michael Raymond-James), como también una de las primeras personas en cuestionar públicamente a BioPrime, la congresista Diana Morgan (Amy Brenneman).
Algunos de los cuales, como lo revela la narración con el paso de sus extensas casi dos horas de duración, no son lo que parecen. En un “juego de identidades” que se transforma en el elemento clave para salvar a Sweet girl de su trama predecible y demasiado dilatada.
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