Ahora que acaba de debutar la temporada 2 de Big Little Lies en HBO, los fans de la serie que diera tanto que hablar en 2017 están más tranquilos. Eso, porque ya desde el primer episodio se nota que traerá sorpresas y que un nuevo personaje le aportará mucha tensión a la historia.
Recordemos que la serie presenta a un grupo de mujeres de un pueblo con mar —Monterey— que de alguna u otra forma son víctimas de un entorno machista y juzgador, lo que desencadena la tragedia de varias y la muerte del marido de una de ellas.
Lo que viene, entonces, es una serie de secretos que las amigas mantienen para poder prevalecer en ese hostil lugar.
Si en en el primer ciclo de Big Little Lies conocimos la trama contada a través de constantes saltos temporales e interrogatorios a vecinos y terceros involucrados en esa muerte, en esta segunda parte comenzamos a presenciar las indagatorias y cuestionarios que la policía hace a las cinco amigas.
En el “presente”, se muestra el drama de Celeste, la viuda (una sólida Nicole Kidman), quien tiene horrorosas pesadillas y recibe a su suegra, interpretada con acierto —cuándo no— por Meryl Streep.
Desde el primer capítulo se nota que es este nuevo personaje el que aportará la mayor tensión al relato, quien pondrá a prueba no sólo a su nuera, sino también a sus amigas.
De hecho, la mujer ya comenzó a acosar sutilmente a la mejor amiga de Celeste, Madeline (Reese Whiterspoon, encantadora y talentosa en iguales dosis), a quien interroga e incluso molesta por su baja estatura, cosa que el personaje de Streep interpreta como un rasgo que hace poco fiables a las personas (¿?).
Una que flaquea
Otra cosa que este primer episodio anticipa es que Bonnie (Zoë Kravitz), la hippie actual esposa del ex marido de Madeline, comienza a flaquear; no se siente bien ocultando información que la implica directamente con la muerte del marido de Celeste.
En lo formal, la serie conserva el estilo inconfundible del director Jean Marc Vallée, fan de las flash backs y de las escenas puramente visuales, sin textos y con música, que le dan un aire cinematográfico a la producción y la elevan a una categoría superior dentro de la TV.
Todo, en síntesis, hace presagiar que estaremos frente a una muy buena temporada, sostenida, como la primera, por un ramillete de actrices de lujo (aún no hemos hablado de Laura Dern y Shailene Woodley) al que se suma Meryl Streep, una actriz tan brillante y aguda que parece que siempre hubiera sido parte de la serie.