A casi exactos siete años de su llegada a Netflix, The Crown comienza a decir adiós al público del streaming con una sexta temporada, que debuta dividida en dos entregas.

La cual pondrá fin al paso por la pantalla de la longeva serie creada por Peter Morgan, cuyo drama histórico recreó con bastante de ficción las vivencias en torno a Isabel II y su reinado.

Desde que siendo una joven madre y esposa debió ascender al trono de Reino Unido y comenzar a regir uno de los territorios más reconocibles de Europa y su Mancomunidad.

En la partida de 50 episodios que han revisado los hechos en torno a la familia real a lo largo de cinco décadas -y su entorno político-, que se ganaron la venia del espectador y la crítica.

A los que desde hoy se suman cuatro emisiones de un último ciclo -las otras seis debutarán el 14 de diciembre-, que retoman la narración poco después de su quinta temporada.

Diana y Dodi comienzan una relación

Cuando la princesa Diana (Elizabeth Debicki) está divorciada del príncipe Carlos (Dominic West), y por ende fuera de la familia real, y busca una manera de seguir sirviendo a su pueblo.

Pero lo que más le preocupa son sus hijos, Guillermo (Rufus Kampa) y Enrique (Fflyn Edwards), por lo que las próximas vacaciones junto a ellos deberán ser memorables.

Ante lo que la invitación que le hace el empresario Mohamed al-Fayed (Salim Daw) para visitar su casa en Saint-Tropez se convierte en la ocasión para que ellos pasen un gran momento.

Aunque también la lleva a conocer al hijo mayor del millonario: Dodi (Khalid Abdalla), con quien comienza una relación que, como lo muestra la serie, es una amistad con beneficios.

Lo que ocurre al mismo tiempo que su ex marido, Carlos, intenta que su madre y soberana acepte oficialmente a Camilla (Olivia Williams) como su pareja y el amor de su vida.

Una tragedia remece a la Corona

En una mezcla de relatos que contraponen la luz y el lujo alrededor de Diana y sus días estivales junto a Dodi, con la calma y el lluvioso entorno de la familia real en Balmoral.

Un remanso de normalidad que termina abruptamente con el trágico accidente automovilístico de Diana y Dodi en París, y la muerte de la princesa pocas horas después.

El que provoca un remezón en sus hijos y familiares, como también en los británicos, obligando a Isabel II (Imelda Staunton) a afrontar uno de los pasajes más complejos de su reinado.

Al mismo tiempo que el relato hace de los paparazzi los antagonistas del espacio, mientras Carlos se convierte en el responsable de que su ex esposa reciba el homenaje que merece.

En una de las etapas más dramáticas de The Crown, donde son claves las recreaciones de lugares y situaciones, además de la solidez de su elenco, para atrapar por completo al espectador.

Y dejarlo expectante ante los capítulos finales que debutarán en diciembre y tendrán su foco en la aceptación pública de Camilla y el encuentro de Guillermo (Ed McVey) con Kate (Meg Bellamy).

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