Tras cerrar la pasada edición del Festival de Cine de Londres, y debutar en salas británicas, The Kitchen llega a Netflix para mostrar al mundo el debut en la dirección de Daniel Kaluuya.
El actor londinense que ha consolidado su fama con cintas como Huye y ¡Nop!, ambas de Jordan Peele, además de Pantera Negra y el biopic Judas y el mesías negro.
Y ahora revela su faceta como realizador en compañía del arquitecto Kibwe Tavares, su co-director de la historia ambientada en una distópica capital del Reino Unido.
En el futuro cercano, cuando la disparidad entre ricos y pobres se ha vuelto extrema y, para empeorarlo, el gobierno ya no respalda las viviendas sociales.
Una decisión que dejó sin casa a muchos, entre ellos los habitantes de The Kitchen, quienes se tomaron varios edificios abandonados que ahora se niegan a abandonar.
Entre los cuales se cuenta Izi (Kane Robinson), el empleado de una funeraria que ahorró lo suficiente para adquirir su propia vivienda y dejar el barrio marginal que lo rodea.
Izi alberga a Benji en The Kitchen
Sin embargo, sus planes varían un poco después de que se encuentra con Benji (Jedaiah Bannerman), un chico que acaba de perder a su madre, a quien Izi conocía.
Ante lo que el protagonista acoge por un par de días al jovencito en su departamento en The Kitchen, en la partida de una trama que apuesta por el drama a fuego lento.
Ya que de la mano de un relato de ritmo muy pausado, que se quiebra en contados pasajes, se va viendo cómo estos, hasta hace poco desconocidos, empiezan a formar un vínculo.
Al mismo tiempo que Benji se siente atraído por la valentía de la pandilla liderada por Staples (Hope Ikpoku Jr.), que ayuda a sus vecinos a conseguir alimentos y enseres.
Y las redadas policiales para sacar a los habitantes de The Kitchen, en su mayoría afro británicos, se duplican, poniendo en jaque sus hogares e integridad.
En los momentos de mayor tensión de un largometraje que logra enganchar en su dramático relato, esencialmente por las actuaciones de Robinson y el joven Bannerman.