Conceptos como “injusticia”, “debido proceso”, “mentiras”, “curiosas coincidencias” y “mala suerte” son los que vendrán a tu mente cuando veas The Staircase (“la escalera”), el documental sobre un bullado homicidio, protagonizado por un escritor y su esposa, que se estreno hace un par se semanas en Netflix.
Rápidamente éste se ha transformado en uno de los imperdibles de la plataforma de streaming, sobre todo para esos fanáticos de las historias al estilo de Making a murderer o American Crime Story: The People v. O.J. Simpson.
Desde que el caso de la escalera se abrió, en 2001, el director francés Jean Xavier de Lestrade decidió filmar cada detalle de éste, las audiencias, las investigaciones y las reacciones de todos los afectados.
El 9 de diciembre de ese año, la ejecutiva Kathleen Peterson fue encontrada muerta al pie de la escalera de su casa en la ciudad de Durham (Carolina del Norte). Podría haber pasado como un accidente, pero la policía vio algo más y lo catalogó como asesinato, resultando acusado de la muerte el esposo de Kathleen, el novelista Michael Peterson.
Un juicio público
Peterson va a juicio, pero no sólo es el sistema de justicia el que lo juzga, sino que -como suele pasar en este tipo de casos- fueron los medios de comunicación y la opinión pública los que también asumieron un rol clave, lo que suele desvirtuar los litigios.
A lo largo de los meses, además, el documental va revelando elementos que se incorporaron a la causa, como una muerte en similares circunstancias que algo tiene que ver con el acusado y algunos flancos abiertos en la vida privada de Peterson que la fiscalía usa en su contra, como su bisexualidad.
¿Qué pasa, en definitiva? Hay que ver esta serie documental de 13 episodios, porque la historia es larga y los acontecimientos, muy sorpresivos y enigmáticos.
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