A cuatro meses del debut de la segunda temporada de The Witcher, llega a Netflix este largometraje animado que, bajo el subtítulo de La pesadilla del lobo, presenta la historia de uno de los personajes claves en el pasado del protagonista de la serie: Vesemir.
El mentor y figura paterna de Geralt de Rivia, el brujo que en pantalla interpreta el británico Henry Cavill y es el eje de las novelas del polaco Andrzej Sapkowski, que en su versión seriada se ha convertido en una de las producciones más exitosas del streaming reciente.
Y cuyo universo se amplía con una cinta en estilo anime dirigida por Han Kwang Il, para el estudio coreano de animación Studio Mir, y que cuenta con un guión de Beau DeMayo y la producción de Lauren Schmidt Hissrich, los mismos detrás de la serie The Witcher.
Un preámbulo ambientado 98 años antes de la aventura de De Rivia, en 1165, cuando todavía es poderosa la fortaleza de Kaer Morhen, lugar en que se forman los brujos de la Escuela del Lobo, entre los que se cuenta un engreído joven llamado Vesemir.
El que, para conseguir riquezas, rastrea y destruye un monstruo que acecha entre los bosques de Ard Carraigh, la capital del reino de Kaedwen, el cual sería un leshen, o espíritu del bosque, que al comienzo del relato asesina a tres niñas y a su padre.
Entre el presente y el pasado
Aunque este ser se ha ensañado con las chicas elfas, como le explica al hechicero el elfo Filavandrel. Pero hay un detalle que hace dudar que se está en presencia de un leshen, ya que estos no hablan y la criatura que ha atacado lo hace en un viejo dialecto élfico.
Al mismo tiempo que en la corte se conoce a las dos figuras femeninas de la trama: Lady Illyana Zerbst y Tetra Gilcrest. La primera es el interés romántico de Vesemir, que a pesar de verse mayor tiene la misma edad que él, y la segunda es la hechicera de la corte.
La tataranieta de un mago humano que hoy instruye a un grupo de jóvenes seguidores mientras trata de que el rey expulse a los brujos, ya que, como ella afirma, serían estos mismos los que hacen aparecer monstruos para luego obtener recompensa.
Sin embargo, Illyana sale en defensa de los “mutantes”, ya que su relación con Vesemir se remonta a cuando eran niños y ambos, como se ve en uno de los saltos de la trama al pasado, eran sirvientes en una casa noble. Pero todo cambió cuando el niño conoció a Deglan.
Este fue un brujo que llegó a salvar a su patrona de un demonio, practicando ante el chico magia y defensa personal, además de mostrarle todo el dinero que obtenía con su trabajo. Lo que llevó al niño a enfrentarse voluntariamente a las pruebas y procesos para ser como él.
Una aventura marcada por el peligro
De vuelta al presente se ve que Illyana ha logrado salvar a Vesemir de la cárcel, y tal vez de algo peor, luego de que en defensa propia él y un colega mataran a dos oficiales; con la condición de que el soberbio representante de la Escuela del Lobo ayude al reino.
Esto porque los mortales ataques no han cesado y el brujo con la indeseada compañía de Tetra debe viajar a las montañas en busca de quien ha estado manipulando a las criaturas convirtiéndolas en asesinas. Un camino repleto de peligros, ilusiones y alquimia mutágena.
En donde será clave la valentía de Vesemir y se comprobará que este brujo no solamente se guía por la codicia y el placer; al mismo tiempo que se reencuentra con sentimientos que estaban guardados en lo que le queda de aquel niño humano que alguna vez fue.
En una película de animación para adultos, por el nivel de violencia y lo gráficas que son sus muertes, que no tiene nada que envidiar a una producción en acción real y se convierte en un inmejorable y emocionante prólogo para la próxima temporada de The Witcher.
Un ciclo donde Geralt de Rivia se reencontrará precisamente con Vesemir, encarnado por el danés Kim Bodnia (Killing Eve), con quien, como se ve en The Witcher: la pesadilla del lobo, comparte el gusto por los baños de tina, aunque su mentor usa mejor el poder de la palabra.